La flota amarilla de Rawson ha tomado la decisión de imponer sanciones disciplinarias a marineros y patrones que se nieguen a permitir la operatividad de los buques para realizar revisiones de navegabilidad tras su salida de dique o que impidan que los barcos sean subidos a astillero.

La medida, que alcanzaría en principio al Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y a algunos patrones, no afectaría a conductores ni motoristas navales. La decisión se produce luego de que, a pesar de que parecía haberse logrado destrabar parcialmente el conflicto entre el SOMU y la flota amarilla en cuanto a permitir el movimiento de buques de muelle hacia los astilleros, una nueva medida impidiendo que un barco realice las pruebas respectivas para salida de dique volviera a tensar la situación.

Los armadores habían notificado a las tripulaciones que, de continuar con el quite de colaboración para que los buques puedan realizar las maniobras de puerto necesarias para subirlos a dique seco o bajarlos para las evaluaciones técnicas, se aplicarían sanciones disciplinarias, en función de la normativa laboral.

Las empresas de la flota amarilla habrían tomado la decisión de comenzar a efectivizar sanciones hacia quienes se nieguen a cumplir con sus obligaciones laborales, ya que se trata de personal que revista en relación de dependencia.

Sanciones y medidas:

  • No se abonarían francos, aguinaldo ni vacaciones hasta que el personal preste funciones con normalidad y permita que los barcos estén operativos para que se les realicen los habituales trabajos de mantenimiento en este momento de temporada baja de pesca.
  • Las sanciones se aplicarían inicialmente a marineros enrolados en el SOMU y a algunos patrones, no así al personal que responde al Siconara, ya que en ese caso no se han negado a prestar labores.

Desde el Sindicato de Motoristas y Conductores Navales (Siconara) han aclarado que ellos no están de paro ni están realizando medidas que imposibiliten que los buques suban a dique o se les haga las pruebas de máquinas.

Los armadores cuestionan la medida del SOMU, ya que consideran que atenta contra la propia seguridad de los tripulantes. Impedir que las embarcaciones sean reparadas, puestas a punto y se actualicen las certificaciones de seguridad va en contra de los intereses de los propios trabajadores, ya que pone en riesgo su integridad física.

Cabe destacar que, hace una semana, tras las intimaciones de posibles sanciones, los marineros habilitaron el movimiento de los barcos, varios de los cuales subieron a los astilleros. Sin embargo, el último viernes no permitieron que el barco Siempre Don Conrado haga las pruebas de máquinas.

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