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Cientos de marineros, acompañados por sus familias, realizaron una marcha de antorchas para visibilizar la crítica situación del sector pesquero, paralizado desde hace semanas por el conflicto en torno a la pesca de langostino en aguas nacionales.

La movilización, impulsada por trabajadores autoconvocados, reflejó el creciente hartazgo ante la ausencia de definiciones y la incertidumbre laboral que atraviesan desde el inicio de la temporada. Con antorchas en alto y consignas en contra de la conducción del gremio, los manifestantes recorrieron las calles de la ciudad portuaria para exigir respuestas concretas.

El malestar también apunta directamente a la dirigencia del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU). Durante un reciente cruce con afiliados, el propio secretario general, Raúl Durdos, admitió que el gremio “no tiene un Plan B” ante el estancamiento de las negociaciones, según consignó el medio especializado Redes al Mar.

El conflicto no solo impacta en los trabajadores embarcados, sino también en toda la cadena productiva vinculada al langostino, una de las principales actividades económicas de la región. Mientras tanto, la falta de avances en las mesas de diálogo prolonga la tensión y alimenta la desconfianza dentro del propio sindicato.

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