Your browser doesn’t support HTML5 audio

Una docente de 45 años, Olga Mansilla, oriunda de Chaco, sufrió la usurpación de su casa en la localidad de Comodoro Rivadavia mientras asistía a una consulta médica con su pareja y sus hijos de 19 y 20 años. Al regresar, encontró a cuatro hombres, entre ellos un menor, ocupando su propiedad y presentando un documento fraudulento de compra-venta con el respaldo de una abogada. En la vivienda también había una mujer oriunda de la provincia de Salta.

El hecho ocurrió a horas de la tarde del miércoles en la calle Alsina, casi altura de calle Huergo, del barrio Pietrobelli de la capital nacional del petróleo, en una zona que es conocida como el “Rincón del diablo” por tratarse de un sector de los más azotados cuando sopla el viento. La denuncia se realizó en la Comisaría Primera y la fiscal Cecilia Codina  ya tomó intervención en el caso.

Los usurpadores son hermanos con antecedentes de violencia de género y una orden de restricción vigente contra la familia Mansilla, lo que complica aún más la situación. La policía intervino, pero la resolución judicial se demora, dejando a la maestra y su familia en una situación de incertidumbre y exponiendo la problemática de las usurpaciones en la ciudad.

Olga contó a ADNSUR que está con lo puesto, durmiendo en la vereda de la propiedad con sus hijos, a la espera de que la Justicia le de una respuesta favorable. “Hace 10 años que estoy viviendo acá, aprovecharon el momento que nos fuimos al médico para entrar y nos tiraron algunas de nuestras cosas afuera”, comentó la mujer que padece diabetes y está realizando tratamiento con medicación que quedó en el interior de la casa.

La Policía se encuentra custodiando la vivienda.

“Cuando llegué había una abogada llamada Milagros Cáceres vigilando quien entra y quien sale, presentaron un comprobante falso de compra y venta y yo no quiero salir del frente de la casa porque quiero esperar que la Justicia de una respuesta“, dijo la mujer. Según sus palabras, los usurpadores serían dos familias de apellidos Burgos y Juárez.

Asimismo, la docente lamentó que sus ahorros que tenía escondidos en el interior de la vivienda desaparecieron después de que las dos familias se apoderaran de la vivienda. “Uno de mis perros quedó adentro y el otro afuera, no nos dejan sacar el resto de nuestras cosas, soy paciente con diabetes y no me permiten sacar mi medicación“, manifestó.

“Mis papeles están todos en el municipio los estoy haciendo, están en tierras, yo pedía a tierras que quiero pagar el terreno porque es un terreno fiscal y la mujer que era dueña nunca más apareció“, comentó Olga, y añadió que “nunca faltamos el respeto a nadie ni tratamos de entrar a la fuerza, yo me quiero dedicar a confiar en la Justicia y esperar que nos digan que va a pasar con el domicilio.

La fiscalía investiga el caso y se realiza una inspección ocular para corroborar la propiedad de Mansilla. Mientras tanto, se mantiene custodia policial en la vivienda, cortándose los servicios básicos a los usurpadores para aumentar la presión. La lentitud de los procesos judiciales y la falta de documentación en algunas propiedades contribuyen a la dificultad de resolver estos casos de manera eficiente.

EN ESTA NOTA OLGA MANSILLA Usurpación

Leé más notas de La Opinión Austral