Por Carlos Zapico

Algunos dicen que se fue haciendo lo que más le gustaba y no hay dudas de que fue así, porque “Cacho (Lorenzo Alfredo) fue un enamorado de la moto y de diversos riesgos a pesar de los 80 que acusaba su almanaque personal.

“Cacho” dejó de hacer Enduro hace pocos años porque su físico “ya no da para esto”, como le dijo a un amigo, pero no a su pasión por sus paseos en moto con otros veteranos riogalleguenses también fanáticos del estilo motoquero, con una práctica permanente de la actividad principalmente en largas rutas de la Patagonia.

Destacado comerciante, hermano mayor de otro también reconocido empresario como Jaime Clarck, a quien quería con singular respeto a pesar de llevarse 9 años y que hoy lo llora con resignación, ambos vinculados hace muchos años a la actividad comercial, en la que son reconocidos cada uno en su ramo.

“Cacho” tuvo un crecimiento notable en los últimos años debido justamente a su trabajo incesante y respetado por todo el ámbito comercial de la ciudad y de la región, y en la faz deportiva, más allá de la práctica de las actividades que le permitió la moto, hace varios años se destacó notablemente en la náutica.

“Cacho” Teppa (el segundo, de derecha a izquierda), con sus amigos amantes de las motos.

A principios de los 80 y debido al entusiasmo de varios (ente ellos Cacho) y de gente de Prefectura que apoyó notablemente la iniciativa, la náutica tomó una injerencia importante en su desarrollo con la presencia también de Tomás Tommy Rodríguez como presidente del CEMA (Centro Marítimo Austral), donde los kayaks y los botes con motor fuera de borda conformaron una actividad notable para ese tiempo.

Allí surgieron nombres como Juancito Almonacid navegando en vela, como Carlos Freddy Fhur y el mismísimo “Cacho Teppa con lanchas importantes, quienes incluso me enseñaron a subirme a un par de esquíes acuáticos y, luego de varios golpes, aprender a mantenerme sobre ellos, donde otro entusiasta que falleciera con “Freddy” Fhur como Sergio Bondarenko también aportó lo suyo en ese tiempo.

Carreras de gomones y de lanchas en la ría se transformaron en algo habitual, habiendo incluso viajado a correr una carrera a El Calafate con dichas embarcaciones y donde nuestro protagonista y amigo cumplió un rol trascendente en todo ello, y donde muchos recuerdan al espigado flaco “Cacho Teppa en su lancha cada fin de semana saliendo desde el CEMA.

Luego el entusiasmo se iría perdiendo, pero “Cacho” cumplió con una presencia muy activa en todo ese desarrollo y luego la moto lo enamoró del todo.

Cuando todo esto quedó de lado, los largos viajes con su motocicleta de alta cilindrada se transformaron en algo cotidiano, y así lo sorprendieron la vida y la muerte en la curva de “Horquetas”.

Atrás quedaron su familia, sus comercios, su respeto por la sociedad que le devolvió con creces la misma dedicación y el recuerdo que se tendrá siempre de aquel flaco bonachón y siempre con una palabra amable y respetuosa, algo que distinguió toda la vida a Lorenzo Alfredo “Cacho Teppa.

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