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El atletismo como disciplina antes de 1930 comenzó a tener injerencia en el deporte local principalmente a través de la Sociedad Sportiva bajo la presidencia del doctor Ismael P. Viñas quien lograba poner a esa entidad en los primeros planos y adquirir incluso el edificio en el que después pasaría a manos del Atlético Boxing Club en la por entonces calle Maipú (actual Avenida San Martín).
Esta entidad hacía disputar los torneos mas reconocidos como el del “Día de las colectividades” el 18 de septiembre, el torneo ¨Día de la Raza” en octubre, y las jornadas conmemorativas a las efemérides patrias y en varias ocasiones incluso con deportistas del otro lado de la frontera, y algunos de ellos tuvieron proyecciones extraordinarias contando con pruebas de atletismo, sumado al fútbol y las carreras de caballos.
Carreras de sulkys y de autos en la pista del hoy desaparecido “hipódromo” del que hablamos hace unos días y de pruebas donde brillaron atletas como Rodolfo Paarsman en salto en alto, Felipe Fernández en salto con garrocha, David Alvarado como fondista en distancia, quien luego se consagraría como maratonista en la ciudad de Punta Arenas (Chile), junto a Angel Vargas, y con grandes rivales como Aristizabal, Germán Vidal, Rosario Macchia y otros.
Eloy García y Anselmo Fernández en ciclismo, éste último ganador de la doble Río Gallegos-Killik Aike Sur y todos amigos en el pueblito de aquel tiempo y luego cuando desapareció la Sociedad Sportiva y comenzó el crecimiento notable de los “pibes” del Boxing Club, esos siguieron implementando la actividad y ampliando el espectro del atletismo cada vez con mayor importancia.
Esto hizo que las visitas permanentes de equipos de la ciudad de Punta Arenas que venían regularmente a jugar al fútbol, trajeran también algunos atletas y que estos se midieran con los locales, por lo que las pruebas tuvieron un ida y vuelta con los chilenos al igual que el resto de las actividades deportivas de la época.
Así fue naciendo una actividad que lentamente se fue incorporando a la sociedad de la época, intentando cumplir con el rol de esparcimiento y cultura física que hacía falta en el Río Gallegos de 1930, y que cumplió un rol de expansión que luego se sintió en la sociedad de los años 50 con mayor predicamento, pero los primeros pasos los dieron los precursores anteriores a ese año, y la Sociedad Sportiva fue la base de ese desarrollo.
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