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En el mundo del tenis, casi un siglo antes del Big Three, existió un grupo de tenistas que dominaron la cancha con puño de hierro… solo que en esta ocasión, los tres eran franceses. Los Cuatro Mosqueteros; Henri Cochet, René Lacoste, Jean Borotra y Jacques Brugnon transformaron el tenis, dejando una huella en el mundo del deporte entre los años veinte y treinta. Su legado va mucho más allá de sus triunfos individuales y colectivos, sino que simbolizan una época de innovación, camaradería y un espíritu deportivo que ha tenido una gran influencia incluso en el tenis de hoy en día.

Ascenso a la gloria

La historia de los Cuatro Mosqueteros comienza en los años veinte, una época donde el tenis empezó a ganar una gran popularidad en todo el mundo. En ese momento, surgen nuestros cuatro franceses, con estilos muy diferenciados, pero con niveles nunca vistos en el tenis. Su triunfo en la Copa Davis de 1927 fue el que les catapultó a la fama internacional, aunque ya en años anteriores habían sido nombres fuertes en las casas de apuestas de la época. Aquella temporada derrotaron al todopoderoso equipo estadounidense, ganando todos los títulos hasta 1932.

Henri Cochet fue para muchos el mejor jugador del mundo gracias a su agilidad sobre la cancha y un estilo de juego táctico. También estuvo muy bien considerado gracias a un potente smash, y un golpeo que sus contemporáneos consideraban magistral.

Por su parte, René “El Cocodrilo” Lacoste era un trabajador nato. A diferencia de sus compatriotas, él no contaba con el mayor de los talentos, pero su ética de trabajo le llevó a conseguir grandes logros. Fue uno de los primeros tenistas en contar con entrenador específico y revolucionó la forma de entrenar del deporte. Años más tarde, también crearía la conocida marca Lacoste.

Jean “El Saltamontes” Borotra destacó por su gran capacidad atlética y un estilo de juego audaz y enérgico, difícil de soportar para sus rivales. Su juego en la red fue tan característico como su carisma, lo que le hizo un tenista muy querido en el extranjero.

Por su parte, Jacques Brugnon era el menos conocido de los tres. Sin embargo, junto a Borotra, fue un componente clave en los partidos de dobles, siendo uno de los grandes especialistas en esta modalidad.

Legado e influencia

El impacto de los Mosqueteros trascendió sus logros en la cancha. Ellos fueron pioneros en varios aspectos del juego moderno. Por ejemplo, Lacoste desarrolló el primer antivibrador para raquetas y realizó contribuciones significativas en la estrategia y en el equipamiento del tenis.

Más allá de sus innovaciones técnicas y tácticas, los Cuatro Mosqueteros inspiraron a generaciones de jugadores y aficionados. Su éxito impulsó la popularidad del tenis en Francia, llevando a la construcción del estadio Roland Garros, sede del Abierto de Francia. Este torneo, uno de los cuatro Grand Slam, es un homenaje constante a estos íconos, siendo la Copa de los Mosqueteros el trofeo entregado al campeón de singles masculino.

El legado de los Mosqueteros también se refleja en la cultura del tenis. En una era donde el profesionalismo y la comercialización comenzaban a tomar forma en el deporte, ellos mantuvieron un equilibrio entre la competencia feroz y el respeto mutuo.

 

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