Corría el año 1928 y los entusiastas que llevaban adelante el Club Hispano Americano se preparaban para construir una tribuna de considerables proporciones en el lugar donde estaba su campo de fútbol. Esa manzana que había sido solicitada en tiempo a forma al Consejo Municipal.

Aunque con las complicaciones que habían vivido en los pocos años de existencia -el club había nacido tres años antes en 1925- con el incendio de la sede social ocurrido el año anterior (20 de diciembre de 1926) se complicaron las cosas para recaudar fondos. No era tan fácil contar con un capital adecuado para la compra de materiales, principalmente madera y chapa para la realización de la obra.

El sorteo se realizó el 15 de enero de 1929 y el costo de cada número fue de cuatro pesos.

Si bien se contaba con los planos que estaban definidos, incluido hasta el estilo que tendría, había que reunir una suma importante para la iniciación, por lo que luego de algunos cabildeos se pensó en una rifa cuyo beneficio podría solventar el costo.

Finalmente la rifa se puso en marcha y se vendió primero entre los socios mas allegados a los Celestes y luego en toda la población, que no era mucha por aquel tiempo. Sin embargo el plan dio resultado y el predio del Hispano tuvo su fenomenal tribuna inaugurada en 1929. La misma se mantuvo hasta entrados los años 90, cuando las maderas se encontraban carcomidas por la intemperie y las condiciones climáticas. Hubo que derrumbarla aunque mucho ayudó un tremendo temporal de viento que azotó la región por todo un “finde”.

Pero previo a estos eventos, en el matutino La Unión de agosto de 1928 se puede leer con total claridad la publicidad de la rifa que tiene un cuadro en la parte superior izquierda: “Mens Sana in corpore sano. Contribuid a que sea una magnífica realidad nuestro anhelo de dotar a la juventud riogalleguense de un Campo de Deportes con todas las comodidades, con espléndidas tribunas, y habréis propendido a la salud, a la fuerza, al vigorizamiento físico y moral de las nuevas generaciones”.

Un Chevrolet cerrado cuatro puertas y un Whippet doble faetón fueron los premios.

Sumado a ello, el recuadro principal indicó: “Proconstrucción de tribuna. Para ello adquirid números de la rifa Pro Construcción de Tribunas: dos automóviles, un Chevrolet cerrado cuatro puertas de primer pierno y un Whippet doble faeton, de segundo premio”. El precio era de cuatro pesos y el sorteo se realizó el 15 de enero de 1929. “Los números están en venta en todas las localidades del Territorio”, aclaraba la dirigencia.

La unidad del “moño” podía ser de modelo descapotado con techo de lona o sin vidrios laterales pero en este caso se anunciaba como “cerrado cuatro puertas” era muy moderno. Por su parte, el Whippet contaba con techo de lona y sin vidrios laterales.

Ambas unidades sirvieron a la construcción de la portentosa tribuna que fuera licitada por el club para la mano de obra. Tribunas que albergaron por muchos años a los riogalleguenses en Hispano.

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