Jugar a la pelota es una de las actividades que más extrañan las personas. Según las disposiciones nacionales, eso por el momento no se puede hacer. Ayer, la noticia que daba cuenta de la clausura de un espacio cerrado privado por permitir el picado, despertó polémica. Estaban los que justificaban a los infractores, sumándose al deseo de jugar, y los que lamentaban no poder hacerlo por acatar las reglas.

En su interior se encontraban personas practicando deporte no permitido

“Desde la Municipalidad de Río Gallegos, a través de la Secretaría de Producción Comercio e Industria procedió a la Clausura de la Cancha de Fútbol que se encontraba funcionando e infringiendo los Decretos de Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio, nacionales y provinciales” expresaba la información oficial y agregaba: “En su interior se encontraban varias personas practicando el deporte que no se encuentra habilitado en esta fase de la pandemia”. Para reafirmar la determinación, concluía: “Cabe recordar que el decreto 774 de fecha 29 de junio de la gobernadora en su artículo 6to sigue con la prohibición de la práctica de los deportes que no puedan mantener los dos metros de distancia entre sus jugadores”.

Palabra oficial

En declaraciones a La Opinión Austral, Ariel Rivera, jefe de Inspecciones de Comercio Municipal, indicó: “La facultad que nos delegan es hacer cumplir el protocolo, la actividad deportiva en canchas y gimnasios empezó hace dos semanas. Sacamos toda la operativa a la calle a controlar, una vez que inspeccionamos, dejamos una notificación en cada cancha con la advertencia de que, de no cumplir con el protocolo y al encontrar en infracción del DNU y el decreto provincial, nosotros procedemos con las actas que correspondan”.
Recordamos que Río Gallegos de encuentra sin casos de contagio comunitario de Covid-19 y debemos cuidarnos entre todos. Reconoció que cuando se presentaron en La Posada FC “nos encontramos con el clásico turnito”.

Obedientes

Así como existen personas decididas a pecar y jugar exponiéndose a una enfermedad que preocupa, están aquellos que se resignan y padecen la acumulación de cuentas ya sea por costos de alquiler como por servicios como luz y gas.
Juan Cabezuelo, referente a cargo de varios espacios deportivos en la ciudad, entre los cuales se encuentra “Yatel”, comentó que si bien tiene la suerte de contar con la confianza del propietario, los costos por alquiler por el momento no son los habituales: “De todas maneras hay que pagarlo. Lo que está pasando es eso, podemos aguantar, pero las cuentas no paran. Son compromisos asumidos y para nosotros no hay beneficio, ni apoyo económico”, al referirse a quienes mantienen sus espacios comerciales prácticamente deshabitados. “La cancha de pádel por suerte la pudimos abrir y la gente respeta los protocolos. Con las de fútbol aún no existe ni protocolo ni posibilidad de dar turnos para el juego porque no está permitido. Así de simple. El punto es que tenemos responsabilidades en algunos casos con empleados, hay que pagarles, muchos viven sólo de esto”.
Una de las posibilidades a mediano plazo, es que provincia autorice el entrenamiento físico de los futbolistas, quienes deberán observar el distanciamiento y presentarse con un kit de higiene personal obligatorio, en tanto que los propietarios se comprometen a mantener elementos al alcance de los usuarios y contar con un horario para realizar la limpieza del lugar y los elementos que llegaran a utilizar entre turno y turno.
Santa Cruz sigue sin detectar casos de COVID-19 y así como existen personas con necesidad de reabrir sus comercios, están quienes por complacer al cliente pagan las consecuencias.

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