Pedro Guzmán, 4° Dan, acompañado por Andrea Cárdenas 3° Dan y Ariel Audisio 1° Dan son los encargados de la escuela de taekwondo que funciona en el salón del complejo Wenceslao Peisci. Lunes, miércoles y viernes, personas de distintas edades dan los primeros pasos de práctica.

Pensando en sumar actividades que atiendan las inquietudes de sus socios, el Club Hispano Americano convocó al 4° Dan Pedro Guzmán para que se haga cargo de la escuela de taekwondo que completó su equipo de trabajo con Andrea Cárdenas 3° Dan y Ariel Audisio 1° Dan.
“Siempre me gustaron las artes marciales” explicó Guzmán: “empecé a practicar a los 42 años, tenía un negocio frente al gimnasio donde se hacía taekwondo en la calle Colón y me invitaron a realizar esta disciplina. Como toda la vida practiqué deportes, me animé a concurrir, me gustó, me quedé y seguí. Empecé a avanzar y aprender. En el 2005 pude rendir para primer Dan y ahí mismo comencé a dar clases”, destacó. “Cuando me dijeron de venir al Hispano, me dio mucha alegría, por haber sido reconocido por mi instructor. Le habían pedido que recomendara a una persona para que pudiera dar clases en el Hispano y él pensó en mí, porque confiaba en lo que podía hacer con los chicos, que vengo al club y soy parte de esta familia Celeste”.

Seguridad y concentración
Guzmán conoció el taekwondo de grande, le gustó, avanzó, fue aprendiendo y con el paso del tiempo comenzó a enseñar, aunque desde el primer momento sabía que sería instructor. En cada clase se interiorizaba, observaba y se dio naturalmente el estar frente a un grupo. Entiende que: “No es para cualquiera ser instructor. Todos pueden llegar a ser cinturón negro, pero enseñar lo tenés que llevar dentro”. Cuando se encontró con este arte marcial lo primero que encontró fue la seguridad: “Comenzás a darte cuenta de lo que podés hacer con tu cuerpo, el poder que tenés con él, no necesitas ser una persona grande, ni ser muy alto, vos podés generar poder con la técnica nada más. A medida que vas aprendiendo, sumás confianza en tu persona”.
Opina que en el taekwondo hay pasos a cumplir: “el chico aprende disciplina y el respeto. Arrancás por ahí y después eso se traslada al momento de hacer algún combate. Tengo un nene que tiene una dificultad motriz, la espina bífida, hacía mucha terapia y cuando llegó a taekwondo era un nene que no corría, que no saltaba, ahora corre, salta, ha mejorado su elasticidad”.
La invitación del club es: “El Hispano te espera para que puedas ser parte de esta actividad los lunes, miércoles y viernes, bloques de una hora desde las 18:30 a 22:30 en el Complejo Natatorio Wenceslao Peisci”.

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