Cuando inició la gestión en el año 2003, el gobierno de Néstor Kirchner comenzó un proceso de transformación y construcción de una nueva institucionalidad. Se fue gestando un nuevo modelo de país, diseñado para recuperar a una sociedad en la que algunos forman parte y otros definitivamente no, por lo que había ocurrido con las políticas neoliberales de los años anteriores. En materia social, se propuso y se materializó la recuperación del ejercicio de la política como herramienta de transformación de realidades, luego de años de que se instalase en la sociedad la cultura de la “no política”. Néstor se había referido al “infierno” que era nuestro país y para la entonces ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, la salida del infierno se logró gracias a la valentía y capacidad de un Gobierno nacional para reconstruir el tejido social desmembrado y fragmentado durante esos años neoliberales.

No había que hacer programas envasados o enlatados

Entrevistada por La Opinión Austral, a 20 años de la asunción de su hermano en la Presidencia de la Nación, la gobernadora trazó algunos ejes de lo que significó en materia social esa transformación. “Todos sabemos cómo estaba el país, venía de la crisis del 2001-2002, la verdad es que la familia argentina de menores recursos estaba absolutamente vulnerada”, comenzó. “Yo venía de una historia trabajando con él, tanto a nivel municipal como a nivel provincial, en todo a lo que hace a las políticas sociales y siempre lo que estuvo en nuestro eje desde la política era colocar a la persona en el centro de la escena y eso no sólo era para la política social, era para las distintas políticas públicas que encaró Néstor, darles el lugar a los derechos”, remarcó Alicia.

Alicia habló de otro punto clave del kirchnerismo: la territorialidad, ya que esta hace a “la identidad y pertenencia al lugar y eso hay que respetarlo” y agregó: “En toda política pública del Estado o de un gobierno el eje va a ser siempre la persona, en este caso, siendo yo ministra de Desarrollo Social de la Nación, eran los argentinos y argentinas y con una mirada territorial”, manifestó. Alicia indicó que -tal como se había trabajado en Santa Cruz– se propuso superar el concepto asistencialista o de mera beneficencia o caridad. Recordó que fue nada menos que Eva Perón la primera que habló de políticas sociales con justicia social.

“Evita en su momento cruzó el umbral que yo pretendí profundizar”, ya que “rompió con la sociedad de beneficencia, el ayudar al otro no es un pasamiento para la caridad, sino que exige elevar en derechos a cada persona, cada familia o cada comunidad y, como peronista, a eso mismo fue a lo que me aboqué, por eso muchos me habrán escuchado que no me gusta hablar de beneficiarios, sí hablo de la persona que tiene derechos” y remarcó: “Una cosa es poder desarrollarte a través de la dignidad del trabajo y otra cosa es desarrollarte porque te dieron una mano de la caridad, y no es que esté en contra de la caridad, lo que creo es que hay que respetar al otro en su verdadera dimensión y que nunca se sienta como que le estás dando algo que no le corresponde, la política de derechos es eso; en la mirada de Evita, donde hay una necesidad, hay un derecho”.

Para Alicia, también hay que hablar de la organización popular y de la participación como otro rasgo de ese período. “Eso es parte también de una política social”, dijo y agregó que “esas políticas que encaramos desde la conducción de Néstor primero y después con Cristina (Fernández) tuvo que ver con esa transformación; habrán escuchado hablar de las mesas de gestión, que son mesas de participación donde las distintas entidades, instituciones, representantes de cada lugar formulaban las políticas, no venían envasadas, no venían enlatadas; si hay algo que a mí no me gusta son precisamente esos programas enlatados, porque no es lo mismo la realidad del norte, del centro o del sur”.

Hay que colocar a la persona en el centro de la escena

En ese mismo sentido, la exministra de Desarrollo Social recordó que cuando trabajaron y promovieron las cooperativas, el Argentina Trabaja o el programa Ellas Hacen, “se hizo en función de la realidad de cada lugar; el medio era el mismo, pero la aplicación territorial era de acuerdo con la realidad de cada lugar”. Por ejemplo, “cuando se construyeron los CIC, que no es otra cosa que un lugar de referencia a la comunidad para la atención cultural, sanitaria, social, lo que se planteaba en el proyecto tenía que ver con el desarrollo de esa comunidad; no se puede plantear un proyecto igual en Formosa que en Neuquén o en Santa Cruz, son realidades distintas; entonces incorporamos un concepto de derechos que tienen que ver con la persona, con su participación y la territorialidad; esos tres ejes me parece que definieron la política pública, pero fundamentalmente la que las engarzó fue la política de Derechos Humanos y siempre digo que los derechos sociales son Derechos Humanos”, finalizó.

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