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En Argentina, la especie Physa acuta (Draparnaud, 1805), un caracol de la familia Physidae, fue mencionada por primera vez en 1985, con material colectado en 1970 en CABA, y actualmente se encuentra presente en 19 provincias. Un trabajo publicado en la revista brasilera Papéis Avulsos de Zoologia, del Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo, describe el proceso de invasión de la especie y da los primeros registros de Santa Cruz.

El trabajo fue liderado por el Dr. Diego Gutiérrez Gregoric y el Dr. Gustavo Darrigran, investigadores del CONICET y docentes de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM-UNLP), con la participación de la Dra. Micaela de Lucía, becaria postdoctoral del CONICET y docente de la FCNyM; el Dr. Santiago Torres, becario postdoctoral del Centro de Investigaciones Santa Cruz, CIT Santa Cruz (CONICET, UNPA, UTN) y docente investigador de la Unidad Académica San Julián (UASJ-UNPA), y el estudiante avanzado de la carrera de Biología en la FCNyM-UNLP Jorge Copa, oriundo de Caleta Olivia, que se encuentra realizando una pasantía en la División Zoología Invertebrados del Museo de La Plata bajo la dirección del Dr. Gutiérrez Gregoric.

Sobre la llegada de este molusco de origen norteamericano que ha invadido todos los continentes, excepto la Antártida, el Dr. Santiago Torres explicó en Radio LU12 AM680: “En biología, las vías de acceso de las invasiones se denominan vectores y pueden ser variadas, es lo que ahora estamos analizando. Los vectores pueden ser a través de animales, a través de aves, pero también tiene mucha importancia la actividad humana, sobre todo en el traslado de plantas acuáticas y el acuarismo”.

La especie, precisó, “está catalogada, de acuerdo a la lista oficial de especies exóticas invasoras, de categoría 1, que corresponde a las especies restringidas y de control obligatorio. A las especies exóticas se las considera un organismo que tiene una gran capacidad de establecerse y expandirse más allá del lugar donde fue introducida, coloniza ambientes naturales o semi naturales y su presencia podría ocasionar impactos tanto sobre la biodiversidad, la economía, la salud y algún valor cultural“.

Cerrando, añadió que “se puede diferenciar entre las especies exóticas que están por fuera de su distribución nativa u original y las especies invasoras que son muy adaptables a distintas condiciones ambientales, esta especie en particular está en en el Caribe y ahora llegó a la Patagonia“.

Además, mencionó que en Patagonia “está hace bastante tiempo, había llegado hasta Esquel. El año pasado, a través de los muestreos que fuimos realizando, la encontramos en la provincia. Nunca habíamos encontrado un caracol que fuera catalogado como exótico, nos llamó poderosamente la atención”.

En cuanto a la categoría 1, explicó que implica que “se adapta muy fácil a distintas condiciones ambientales. Tiene un mecanismo de resistencia biológico que le permite tolerar ambientes altamente impactados, como serían bajas concentraciones de oxígeno o altos niveles de nutrientes. Además tiene un potencial reproductivo muy elevado, son hermafroditas simultáneos, eso quiere decir que un mismo individuo tiene aparato reproductor masculino y femenino al mismo tiempo y además, tiene la capacidad de autofecundarse y la madurez sexual ocurre a las pocas semanas de eclosión de los huevos”.

Cerrando, el Dr. Torres indicó que “a las siete semanas de eclosionados los individuos, ya empieza a haber actividad reproductiva, eso le da un montón de ventajas por sobre la fauna nativa, uno de los impactos que puede generar la introducción de una especie exótica invasora es el desplazamiento de la forma nativa, sea por competencia a través del alimento o por el espacio”.

Investigadores del grupo de investigación Biología y Ecología de organismos y comunidades bentónicas de la Patagonia Austral, perteneciente al Instituto de Ciencias del Ambiente, Sustentabilidad y Recursos Naturales (ICASUR UASJ) y de la FCNyM-UNLP y CONICET están trabajando en conjunto para delimitar el estado de invasión de la especie y determinar los impactos potenciales que pueda ocasionar sobre el ecosistema.

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