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La desaparición de Nelson Ariel Romero (56) alertó a su familia desde temprano. El lunes 19 de agosto por la noche fue el último contacto que se tuvo con él. Desde entonces no se supo más nada. Uno de sus hermanos radicó la denuncia en la Comisaría Primera y su búsqueda comenzó a ser pública, tras el alerta de la Policía de Santa Cruz.
Mientras la fuerza provincial solicitaba ayuda a la comunidad de Río Gallegos para dar con él, la División de Investigaciones trabajaba analizando secuencias fílmicas de distintos puntos de la ciudad para poder establecer qué había ocurrido con el empresario.
Fueron aproximadamente unas 50 cámaras de seguridad con las que trabajaron. Entre las que se levantaron de los vecinos de zonas que frecuentaba Romero y las del Centro de Monitoreo, se sumó la ayuda de la familia con los lugares que tenían los servicios de la empresa de seguridad.
El martes 20, a 24 horas de la desaparición de Romero, un oficial inspector de la Comisaría Tercera dio con la camioneta del empresario en el pasaje El Salvador y Estados Unidos. Tenía ventanas rotas y en su interior se halló sangre. A pocos metros de allí, la DDI detuvo al suboficial acusado del crimen. “Se ingresó de manera remota al celular y empezaron a ver algunas aristas que lo llevaban a la calle Estados Unidos”, dijo Elbio Ramírez, vocero policial.
Otra de los sectores claves en la investigación fue la chacra de Romero, por calles 15 y 2, en el barrio Forestal. Allí, el jueves, se focalizaron los rastrillajes, ya que las cámaras de seguridad captaron la camioneta del empresario por la zona.
“Hicieron un trayecto juntos, pero no mucho“, confió una fuente con acceso a la investigación a La Opinión Austral, en referencia al recorrido de víctima y victimario. Las autoridades ya buscaban un cuerpo. Los elementos que tenían en su poder daban cuenta de un crimen con -por ahora- un solo sospechoso.
Este viernes temprano se lo buscó en la zona de Río Chico, cercana a Chimen Aike. Ya por la tarde noche se dio el lamentable hallazgo: el cuerpo de Ariel Romero sin vida en un descampado cercano a la esquina de 63 y 38. Estaba enterrado. Su homicida hizo todo lo posible para ocultar el crimen, pero la investigación lo cercó y hoy está detenido. El juez Fernando Zanetta lo dejó tras las rejas tras la indagatoria de este viernes, mucho antes de que se encontraran los restos del empresario, a quien ya daban por muerto.
La investigación y la causa sigue. Se investiga el móvil del crimen, y por supuesto, si hubo terceras personas involucradas. Ya sea en el homicidio per se, o a la hora de trasladar y semi-enterrar el cuerpo en el descampado.
Las tapas de La Opinión Austral durante la cobertura de la búsqueda del empresario Ariel Romero
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