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Hijo de Mario Tomás Perón y de Juana Sosa, Juan Domingo Perón nació en Lobos, provincia de Buenos Aires, en 1895. Fue el trabajo de su padre, quien era un pequeño productor agrícola ganadero, el que lo trajo hasta la Patagonia cuando aún era pequeño.

“Hacia 1900, mi padre vendió la estancia y la hacienda, porque decía que eso ya no era campo y se asoció a la firma Maupa Hermanos, de Buenos Aires, que poseía una gran extensión de tierra cerca de Río Gallegos“, cita el libro “Centenario de Río Gallegos”.

“Perón es enorme, no hay otra forma de definirlo”.
DANIEL PERALTA, DIPUTADO PROVINCIAL

En la estancia Chankaike, 1904 “nos regaló su peor invierno. La hacienda fue diezmada y mi padre curó sus ansias de libertad y de su vocación por alejarse de todo lo que no fuera campo abierto. Sin embargo, creo que toda la familia recibió en la Patagonia una lección de carácter“. Así cerraría el paso por Santa Cruz de la familia de quien este 1° de julio se cumplen 50 años de su fallecimiento.

Juan Domingo Perón fue tres veces presidente, elegido democráticamente, y fundador de un movimiento que marcó a la historia de Argentina. A los 78 años, el 1° de julio de 1974 y en ejercicio de la presidencia, murió.

En el 50° aniversario de su fallecimiento, “Carloncho” Godoy, diputado por el pueblo de Río Turbio, afirma que “el mayor legado que dejó fue la participación y los derechos de los trabajadores. Derechos inalienables, como el aguinaldo y las vacaciones pagas. La columna vertebral de sus gobiernos siempre fueron los trabajadores y los sindicatos. Además, el liderazgo político fue fundamental para llevar políticas de industrialización del país y defender la economía interna”.

“Fue un líder político que creó un nuevo pensamiento, un nuevo movimiento. Fue un pensador muy avanzado. Potenció a los argentinos como potencia mundial con la industria y con el agro”, acotó, por su parte, Eloy Echazú, diputado por el pueblo de Río Gallegos.

Para la diputada nacional Ana María Ianni, el legado de Perón son “los principios fundamentales que deberían regir en nuestro país: la independencia económica, la soberanía política y la justicia social, uno va atado al otro. Sin independencia económica no hay justicia social y sin soberanía política, no se construye nada”.

A 50 años de su muerte, sostiene que las palabras de Perón mantienen vigencia y “hacen que ese sea el legado más fuerte y más importante, debería motivarnos a cumplir con esa doctrina que él pudo plasmar en el pueblo y que nosotros deberíamos continuar”.

“El peronismo es un movimiento que sabe interpretar los tiempos sociales políticos, la economía viene después de la política para el peronismo. El Partido Justicialista es un instrumento electoral, pero el peronismo es el mayor legado de Juan Perón“, sostiene el exgobernador y diputado provincial Daniel Peralta.

La justicia social, la soberanía política y la independencia económica, recordó, fueron los ejes sobre los cuales se desarrollaron los planes quinquenales. “Hizo que la distribución del PBI en este país fuera mayor para los sectores asalariados que para los pudientes, hizo un equilibrio formidable en eso. Avanzó sobre la educación pública gratuita, fundó la Universidad Obrera, lo que hoy es la UTN, fortaleció los sindicatos y las organizaciones de tercer grado, como la CGT, y fomentó la vigencia plena de los convenios colectivos de trabajo”, repasó.

Peralta sintetiza con una palabra a Juan Domingo Perón: “Enorme, no hay otra forma de definirlo“.

Afirma que el modelo argentino planteado “tiene una actualidad tremenda” y que “el peronismo sigue vivo y vigente, tiene quizás hoy otra formas de interpretar a la sociedad; hay gente que ha votado otras instancias, tanto en el país como en la provincia, porque ha habido seguramente alguna falla de interpretación sobre los movimientos sociales a los que Perón se adelantaba en el tiempo”.

La vigencia del peronismo está en aquellos que resisten este modelo que nos va a llevar, lamentablemente, a un lugar en el que los argentinos van a sufrir y mucho, pero habrá que refugiarse en ese peronismo que llevamos adentro nuestro y desde ahí empezar a motorizar una resistencia, no como la del 55, ni siquiera como la del 76, una resistencia inteligente, activa, profunda, buscando entender por qué la sociedad puso al país en esta condición y recuperar entonces lo que tantas veces nos repitió Perón: una patria justa, libre y soberana“.

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