Laura Álvarez está internada en el hospital desde el lunes, junto a su bebé de dos meses.
Su marido es empleado del mayorista Diarco y su contagio se dio en el trabajo. La mujer y sus tres hijos fueron contactos estrechos y dieron positivo.
El papá de los chicos pasó un mal momento y tuvo varios síntomas del virus, desde dolor de cabeza y pecho, fiebre, falta de aire y vómitos. Tanto Laura como los nenes de 6 y 7 años, afortunadamente, son asintomáticos.

La mujer apuntó a las empresas y pidió que “por favor, cuiden a los empleados”.

Sin embargo, el panorama se complicó cuando Lionel empezó a tener fiebre muy alta. “Lo peor de todo es que la gente piensa que a los más chicos no les agarra, tengo dos hijos sin síntomas, pero el virus le pegó al más chiquito y es horrible lo que estoy pasando”, dijo Laura a La Opinión Austral, con denotada preocupación.
La mujer sostuvo que la empresa no cumplió con los protocolos de higiene y desinfección y que sumó varios contagios, entre ellos el de su esposo.
“Cuando mi marido dio positivo, tuvo que ir Salud a Diarco para que aislaran a los empleados. En la oficina eran 4 o 5 trabajadores y tuvieron que ir desde el Gobierno para que cierren esa oficina para aislarlos, porque si no iban a seguir trabajando como si nada”, describió.


La situación se da en un contexto en el cual, según informaron desde el Gobierno Provincial, inspeccionaron más de 30 empresas y comercios de Río Gallegos para constatar el cumplimiento de medidas y de protocolos de prevención y acción.
Varios de esos locales debieron “cesar tareas” por no acatar con las medidas sanitarias dispuestas que habilitaban su funcionamiento.

Su hijo tuvo fiebre alta y eso significó la internación inmediata por prevención.

En los operativos, uno de los comercios que cerraron fue Diarco, el mayorista ubicado en la ruta 3, empresa en la que trabaja el marido de Laura.
Entre los puntos que resaltó el Gobierno y las situaciones con las que se toparon, puntualizaron que los trabajadores han mostrado temor ante la posibilidad de ser despedidos al manifestar síntomas compatibles con el COVID-19, o que se les efectúen descuentos de sus salarios si estuviesen obligados a hacer cuarentena.
Actualmente Laura está internada con su bebé de dos meses y agradeció poder estar junto a él. Todo empezó el miércoles pasado, cuando su pareja dio positivo.
El sábado, la mamá tuvo algunos síntomas leves y el lunes su bebé levantó fiebre. “Mi nene tuvo 3 registros de fiebre. Él está con un estado gripal, tiene la garganta inflamada, como una angina”, contó.
La mujer se mostró muy molesta con la situación y apuntó a la responsabilidad de las empresas: “Trabaja gente, no animales, cumplan con los protocolos y cuiden a sus empleados, que atrás de ellos hay familias”, sostuvo y pidió mayor conciencia a la comunidad.
Sólo espera que pase todo rápido y poder volver con el resto de su familia. “Si no quieren pasar por esto, cuídense”, advirtió.

Amparados

Desde el Ministerio de Trabajo recordaron que ante la gravedad epidemiológica en Río Gallegos, es necesario tomar conciencia de las responsabilidades y especialmente que los trabajadores conozcan sus derechos.
De esa manera, recordaron que “pueden contribuir sabiendo que ante cualquier sintomatología compatible con el COVID-19, deben retirarse de su lugar de trabajo, informar a las autoridades sanitarias y cumplir con toda responsabilidad los 14 días de aislamiento”. Idéntica medida preventiva vale para los contactos estrechos.
Finalmente, aseguraron que “deben saber que la legislación laboral los ampara”.

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