El 1° de abril de 1974, el Colegio Provincial de Educación Secundaria N° 10 “Gobernador Juan Manuel Gregores” inició sus actividades. Su primera rectora fue María Hortensia Vivanco de Ruiz.
Cuatro años después, con Alfredo Sánchez al frente de la rectoría, egresaba la 78, su primera promoción.
En la noche de este miércoles, quienes enseñaron y estudiaron en el Secundario N° 10 volvieron a encontrarse en el gimnasio del establecimiento para participar del acto por las Bodas de Oro.
Mirta Serón, Iris Garate y Elizabeth Santana, tres de las egresadas de la primera promoción, participaron del festejo y dialogaron con La Opinión Austral.
“El colegio empezó a funcionar en la Escuela N° 11 en el turno noche y después nos cambiaron a la Escuela N° 33”, repasó Iris. “Entrabamos a las 17:30 y salíamos más o menos a las 22:15. Era un horario raro para la época, pero nos tuvimos que adaptar”, acotó Elizabeth.
Mirta e Iris también fueron preceptoras y además forjaron una relación de amistad. “Compartimos todo, lo bueno y lo malo, y a Elizabeth tuvimos el gusto de poder contactarla para que viniera para este evento”, mencionó Mirta.
“Es una alegría enorme y estoy muy contenta. Trabajé 25 años acá, vinieron alumnos que formamos en distintos años y verlos convertidos en hombres y mujeres es una satisfacción enorme. Es una emoción muy grande lo que estamos viviendo hoy”, añadió.
Elizabeth coincidió: “Nunca me imaginé que íbamos a estar en las Bodas de Oro, es un orgullo haber sido alumna“.
“El colegio es muy querido y muy reconocido, los chicos siempre dicen que el Secundario N° 10 es el mejor colegio y nosotros pensamos de la misma manera, siempre mantuvo a tantos alumnos como profesores unidos“, destacó Mirta.
También los y las docentes celebraron el cincuentenario. Ana María Vivas, profesora de Historia, integró el plantel desde antes que existiese el edificio propio. “Tengo muy buenos recuerdos, tanto de mis alumnos como de todos mis colegas”, mencionó.
“Fui el primero que ingresó en este edificio“, recordó Luis Ibáñez, exsecretario del colegio, y aseguró que poder contar con el edificio “fue un sueño. De estar en un solo turno vespertino con muy pocas aulas, duplicamos la capacidad, porque vinimos en doble turno con casi 20 divisiones. Pasamos de ser un colegio de 250 alumnos a uno de más de 600, trajo mucho trabajo administrativo y de organización”.
Además, valoró a aquel equipo de la secretaría en el que estuvo como auxiliar quien actualmente es la rectora del colegio.
Por su parte, la profesora de Lengua Elda Firnkorn compartió: “Es una emoción, es un colegio en el que hemos comenzado a trabajar cuando éramos muy jóvenes. Ver crecer a una institución y a nuestros alumnos egresados, muchos de ellos profesionales y muchos que han vuelto al colegio como docentes, a uno lo llena de satisfacción”.
El profesor de Inglés Juan Mario Tomasin, quien comenzó su carrera como docente hace 25 años, mencionó: “He vivido muchas etapas, pero de todas rescato en qué ha confluido y es en la felicidad, en la realización personal y lograr mis objetivos de poder llegar a los alumnos. Siento mucho cariño por este colegio. Es una felicidad volver a ver estas viejas paredes, estamos felices de estar acá de nuevo y volver a ver a viejos amigos y viejos compañeros”.
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