Your browser doesn’t support HTML5 audio
El 5 de junio de 2024, Irina, de 19 años, comenzó a sentirse mal y fue llevada al Hospital SAMIC de El Calafate, donde le detectaron una insuficiencia renal grave. Sus riñones se encontraban afectados y su cuadro era de urgencia.
Fue derivada a Buenos Aires, donde estuvo internada un mes, aproximadamente.
Las muestras fueron analizadas en el Laboratorio de Biología Molecular de la Unidad de Conocimiento Traslacional que funciona en el Hospital SAMIC.
El diagnóstico de Irina fue síndrome de Alport. Se trata de un trastorno hereditario poco frecuente que causa daño a los diminutos vasos sanguíneos en los riñones. También puede causar pérdida de la audición y problemas oculares.
“Ya tenés el riñón para Irina, yo se lo voy a donar”.JUAN PABLO VÁZQUEZ
Irina debía recibir al menos un riñón de un donante sano, pero no podía ser el de sus padres por tratarse de un trastorno hereditario y además, por tener grupos sanguíneos incompatibles.
Juan Pablo, su tío de 45 años y bombero de profesión, se realizó los análisis en el Hospital SAMIC, resultando compatible para la donación. “Ya tenés el riñón para Irina, yo se lo voy a donar”, le dijo Juan Pablo a su hermana Vanina, madre de la joven, reseñó Ahora Calafate.
El trasplante se realizó en el Instituto de Trasplante y Alta Complejidad (ITAC).
A la joven le fue indicado un riguroso tratamiento para cuidar al máximo sus riñones y así evitar ser dializada, a la espera de lograr la operación de trasplante.
Pasaron los meses y los análisis, finalmente hace una semana todos fueron derivados a Buenos Aires.
Este martes, Irina y Juan Pablo fueron intervenidos quirúrgicamente en el Instituto de Trasplante y Alta Complejidad (ITAC). Irina llegó con el tiempo justo, de hecho, horas antes debieron dializarla por primera vez para lograr estabilizarla y afrontar la operación.
El trasplante fue exitoso, tanto Irina como Juan Pablo se están recuperando favorablemente en sala común.
A partir de ahora iniciará el seguimiento para saber si el cuerpo de Irina acepta el nuevo riñón.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia
Dejanos tu comentario