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Moraima, una turista proveniente de Puerto Rico, vio su sueño de conocer el glaciar Perito Moreno a punto de esfumarse debido a las nevadas y al poco tiempo que le quedaba en Argentina. Sin embargo, gracias a la amabilidad y valentía de Carlos, un taxista local, pudo cumplir su anhelo y vivir una experiencia inolvidable.

Moraima llegó a El Calafate con la ilusión de conocer el imponente Glaciar Perito Moreno. Sin embargo, las fuertes nevadas habían retrasado su ingreso al país y solo le quedaba un día para realizar su excursión. Desesperada por no perder la oportunidad, buscó opciones de transporte y encontró a Carlos, un taxista experimentado que se animó a llevarla al glaciar a pesar de las condiciones climáticas adversas.

Carlos, con su Sandero 4×4 y 20 años de experiencia conduciendo en la nieve, no dudó en aceptar el desafío. Junto a su esposa Marisa, evaluaron el pronóstico del tiempo y confirmaron que había una ventana favorable para realizar el viaje al día siguiente.

Tomando todas las precauciones necesarias, Carlos condujo con prudencia por las rutas cubiertas de nieve y hielo. El viaje, que en condiciones normales dura entre una hora y media y dos horas, se extendió un poco más debido a las condiciones climáticas.

Al arribar al Parque Nacional Los Glaciares, Carlos colocó las cadenas en las ruedas del auto, tal como lo indica el reglamento del parque. Una vez en el lugar, Moraima quedó maravillada por la belleza imponente del glaciar Perito Moreno.

Carlos, conmovido por la emoción de Moraima, decidió acompañarla en un recorrido por las pasarelas del parque. Caminaron juntos sobre la nieve, disfrutando de la tranquilidad del lugar y la inmensidad del glaciar.

Moraima, agradecida por la amabilidad y el servicio de Carlos, expresó su felicidad por haber podido cumplir su sueño. “Ella estaba feliz, caminaba por las pasarelas nevadas y no podía creer el panorama“, cuenta Carlos. “Se fue feliz. Dijo que iba a volver“.

El servicio de viaje en taxi desde El Calafate al glaciar Perito Moreno cuesta 120 mil pesos. Pueden viajar cuatro pasajeros. En estos día de nieve e hielo hay que calcular entre una hora y media y dos de ida y otro tanto de vuelta para recorrer esos 86 kilómetros.

“Nos quedamos en el estacionamiento a disposición del pasajero. No los apuramos, los dejamos que recorran tranquilos. Vienen de todo el mundo. Si ellos se van felices, nosotros también”, agregó Carlos.

Además, el taxista aseguró que el objetivo que tienen con Marisa en este emprendimiento familiar es exactamente ese: “Que la gente se vaya feliz , poder ser parte de las aventuras de los pasajeros en la Patagonia y que puedan recomendar nuestros servicios“.

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