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El dolor de una pérdida es inmensurable, y cuando la tragedia arrebata la vida de un hijo en la plenitud de su juventud, la herida se torna perpetua. Óscar Sánchez, conocido vecino de El Calafate y padre de quien fuera Alejandro “Pipi” Sánchez, lleva esa cruz a cuestas desde hace dos años y medio, cuando un siniestro vial en Mar del Plata lo dejó sin su primogénito. Pero su pesar no es silencioso; es el motor de una cruzada que hoy resuena en los pasillos del Congreso Nacional y en cada rincón de la sociedad argentina que clama por un cambio. “Estamos muertos en vida porque siempre tenemos que pedir justicia“, sentenció Óscar este miércoles cuando visitó el estudio de LU12 AM680.
El 27 de enero de 2023, la vida de los Sánchez se desmoronó en Mar del Plata. Alejandro, “Pipi”, había viajado desde El Calafate para celebrar el cumpleaños de su novia y un logro académico. Iba en su moto cuando fue embestido por un vehículo.

 Alejandro Pipi Sánchez tenía 24 años al momento de su muerte. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL) Alejandro Pipi Sánchez tenía 24 años al momento de su muerte. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)
Alejandro Pipi Sánchez tenía 24 años al momento de su muerte. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

Para Óscar, lo sucedido no fue un accidente, sino un asesinato. “Si él hubiera mirado el semáforo… no hubiera pasado en rojo. Él se hubiera dado cuenta”, afirmó, convencido de que el conductor lo quiso “matar”. El juicio, marcado por la contundencia de los testimonios en contra del imputado, duró apenas un día, un indicio de la abrumadora evidencia. Sin embargo, la condena, de cuatro años de prisión, se ha convertido en una nueva fuente de angustia para la familia. “Son 4 años que un tipo va a estar preso y no lo va a estar porque con 2 años y 6 o 7 meses se va a ir a su casa a la calle”, lamenta Óscar, exponiendo una de las mayores falencias del sistema judicial.
La frustración de la familia Sánchez se agrava al ver cómo el condenado, que no contaba con antecedentes similares y se mantuvo “a derecho” durante el proceso, ahora busca atajos para recuperar su libertad. Según Óscar, el conductor ha alegado problemas de adicciones que “jamás lo nombró las adicciones en el juicio“, y ahora recurre a “acompañamiento terapéutico” para salir antes de prisión. Además, Óscar cuestionó  la capacidad económica del condenado: “él puso otro abogado que es mucho más caro, lo está pagando en dólares, una persona que no tenía trabajo, ¿de dónde saca esa plata?”, lo que añade dolor y bronca a una situación ya insostenible. Este padre, que tuvo que movilizarse incansablemente y “dar vuelta Mar del Plata” para que la justicia impusiera una condena de cuatro años.

Óscar Sánchez junto a su esposa reclamando por justicia. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

El camino hacia la justicia para los Sánchez ha estado plagado de obstáculos y revelaciones dolorosas. Óscar recuerda con pesar cómo, tras el siniestro, la policía les hizo creer inicialmente que su hijo había cruzado en rojo, una mentira que los sumió en una profunda aflicción. Peor aún, un dinero que Alejandro llevaba para construir una casa para su hija, nunca apareció. “Nuestra nuestro gran dolor es es saber todo eso que nosotros velamos nuestro hijo pensando que que mi hijo había pasado en rojo“, y agregó con dolor, “la policía le sacó la plata a mi hijo”. La pérdida ha dejado a la familia con secuelas permanentes: la esposa de Óscar ha tenido “tres intentos de suicidio“, y su suegra falleció de pena en el primer aniversario de la muerte de Alejandro. “Hoy nuestro duelo no está nunca, al contrario, no podemos cerrar esto porque todos los días tenemos algo para hacer”, confesó,
Óscar Sánchez no solo denuncia, también actúa. Junto a la diputada nacional María Ianni y con el apoyo del exgobernador Sergio Acevedo, impulsa un proyecto de ley para reformar el Código Penal. La propuesta es clara y contundente: incrementar las penas para homicidios viales, llevándolas de cuatro a quince años, y asegurar la prisión efectiva desde el “minuto cero” para aquellos que conduzcan drogados, alcoholizados o de forma imprudente.

La bandera que acompaña a los seres queridos de “Pipi”. (FOTO: LEANDRO FRANCO/LA OPINIÓN AUSTRAL)

Esta iniciativa busca responder a un clamor social que se repite con cada tragedia en las calles, donde la impunidad de muchos conductores ebrios o negligentes deja a las víctimas y sus familias desamparadas. Óscar no duda en criticar duramente a algunos magistrados: “yo le dije a los jueces cómo estaban atornillados, no trabajaron”, y añade que “los jueces tienen que empezar a ponerse la barbas en remojo y empezar a a trabajar y ver que las víctimas sufren también ponerse en los en los zapatos de la víctima”. La indignación de Óscar llegó al extremo de recusar a un fiscal que le dijo: “tu hijo murió, ya no podemos hacer nada, hay que tratar de ayudar al muchacho que lo mató a tu hijo“. “Educan para que sigan matando con un vehículo”, concluyó Óscar con impotencia.

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