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En medio de una pandemia, en la que morían miles de personas alrededor del mundo, Santa Cruz se conmocionó cuando se conoció el caso de un brutal asesinato que se había registrado en la ciudad de El Calafate.

El caso tiene aristas que llamaron la atención de la comunidad: primero por la edad de los victimarios, luego por el maquiavélico plan que ejecutaron, la saña con la que actuaron para terminar la vida de un hombre y también por la identidad de la víctima.

Se trata del asesinato de Fabián Gutiérrez, un ex asesor presidencial que se había apartado de la política y, tiempo antes, se había radicado en la ciudad de El Calafate para dedicarse al rubro de bienes raíces y venta y compra de vehículos.

Los acusados y ahora condenados son tres jóvenes que, al momento del hecho, no superaban los 22 años de edad. Ellos son Facundo ZaetaPedro Monzón y Facundo Gómez, chicos que tenían la vida por delante pero que cometieron un grave delito por el que recibieron la pena de reclusión perpetua por la Cámara Oral de Río Gallegos a principio de este año.

El caso es seguido por La Opinión Austral desde el minuto cero. Incluso llegó a ser tapa hace cuatro años cuando el juez Carlos Narvarte -a cargo de la instrucción- confió una frase a este diario que, al día de hoy, continúa helando la sangre: “buscamos un cuerpo” aseveró el magistrado sobre la desaparición de Gutiérrez denunciada por su madre.

Facundo Zaeta, Facundo Gómez y Pedro Monzón, culpables del asesinato de Fabián Gutiérrez.

Es que, exactamente hace cuatro años, Gutiérrez se había juntado con Facundo Zaeta a, aparentemente, pasar el fin de semana. “Me junto con un pibe este finde, hablamos el lunes” le había dicho a sus amigos sin saber que la idea de su muerte ya danzaba por la cabeza de quienes serían sus asesinos.

El plan que Gutiérrez en mente era completamente distinto al que Zaeta pensaba pergeñar. Es que a partir de las averiguaciones que se llevaron adelante lo comprometieron sobre lo que él tenía en la cabeza. La pericia en su computadora determinó que, días antes del hecho, llegó a buscar en Google datos sobre el patrimonio de la víctima, dato esencial que sirvió a Carlos Narvarte para colocar agravantes en el procesamiento en su contra hace casi tres años atrás.

El ex secretario presidencial llegó con Zaeta a la casa. Pensaba que tendría un encuentro con el joven pero ahí comenzó el horror. Momentos después del primer ataque apareció en la casa Facundo Gómez con Pedro Monzón. Según la Justicia, a partir de la autopsia hecha por Francisco Echandí, al menos tres personas fueron quienes atacaron a Gutiérrez. La causa de la muerte fue asfixia mecánica pero nunca se pudo determinar con certeza en que horario falleció.

Una de las últimas fotos de Gutiérrez con vida. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

Luego, al menos dos de los tres acusados fue hasta una casa del barrio Aeropuerto Viejo y enterraron el cuerpo del ex secretario. El cuerpo sería encontrado con el pasar de las horas, tras el testimonio de Pedro Monzón.

En abril de este año, el tribunal conformado por sus vocales titulares Joaquín CabralJorge Yance y María Alejandra Vila resolvieron condenar a los tres acusados como “coautores penalmente responsables del delito de homicidio triplemente agravado por ser cometido con alevosía, ensañamiento y criminis causa”.

Más allá de eso, las defensas de los ahora sentenciados presentaron recursos de casación por la resolución de la Justicia y, actualmente, la sentencia contra ellos no está firme. El tribunal Superior de Justicia no se ha expedido

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