Un reciente estudio ha señalado un nuevo motivo de preocupación por la actividad turística que daña los espacios naturales. Junto con la basura y masificación se une la práctica de sexo como elemento que está detrás de que uno de los espacios naturales más singulares de la isla española de Gran Canaria esté perdiendo biodiversidad. El estudio fue realizado en la playa de Maspalomas.

Según la investigación, llevada a cabo en 2018 por un grupo de científicos de la Unidad de Clima y Océano de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y publicada recientemente en la revista Journal of Environmental Management, las actividades desarrolladas en los puntos de prácticas sexuales localizados impactan directamente en los accidentes geográficos eólicos y en diez especies de plantas, ocho de las cuales son autóctonas y tres de ellas endémicas.

Bajo el nombre ‘Arena, Sol, Mar y Sexo con Extraños, las ‘cinco S’. Caracterización de la actividad de ‘cruising‘ y sus impactos ambientales en un campo de dunas costero protegido’, este estudio llama la atención sobre una actividad que no está permitida por las autoridades, pero que se viene desarrollando desde hace tiempo y que es una fuente de preocupación para los activistas medioambientales.

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