“El gobierno de Estados Unidos debería considerar una combinación de requisitos de licencia o registro para el desarrollo y lanzamiento de modelos de Inteligencia Artificial, por encima de un umbral crucial de capacidades, junto con incentivos para el pleno cumplimiento de estos requisitos”, señaló Sam Altman, uno de los creadores del Chat GPT.
Open AI, un laboratorio de investigación estadounidense de Inteligencia Artificial, revolucionó internet cuando estrenó la aplicación del Chat GPT, y hasta el mismo creador declaró estar asustado de su propio invento. “Habrá un impacto en los empleos. Tratamos de ser muy claros al respecto”, afirmó seriamente frente al Senado de EE.UU.
Según consignó BAE Negocios, el popular chatbot se presentó como una amenaza para los buscadores de internet, para la educación, y la seguridad, al ser capaces de ofrecer respuestas completas a las órdenes de los usuarios. Si bien el CEO de la empresa se mostró preocupado por cómo las funciones de estos robots podrían sustituir la labor humana, igualmente planteó que la tecnología tiene potencial para contribuir en causas nobles como el cáncer o el medioambiente.
“Necesitamos maximizar lo bueno sobre lo malo. El Congreso tiene una opción ahora. Tuvimos la misma opción cuando nos enfrentamos a las redes sociales. No pudimos aprovechar ese momento”, advirtió Alman.
“Necesitamos normas, directrices, sobre lo que espera en términos de divulgación de una empresa que proporciona un modelo”, opinó Sam Altman, y confesó: “Estoy nervioso al respecto”.
Si bien no se arrepiente de haber lanzado la aplicación, admitió en una entrevista con Time of India que lo que más le quita el sueño es la idea “hipotética” de que hayan hecho “algo realmente malo” al lanzar el Chat GPT. Y una de las principales preocupaciones es el avance de los ciberdelincuentes y cómo la aplicación puede brindarles mejores herramientas para estafar a las personas.
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