El papa Francisco aseguró que el extremismo y la violencia “son traiciones a la religión” y, desde las ruinas de Ur, considerada la tierra del profeta bíblico Abraham en el sur de Irak. Además, convocó a líderes de otros credos a “dar voz al grito de los oprimidos y de los descartados del planeta” en un contexto en el que “demasiados carecen de pan, medicinas, educación, derechos y dignidad”.

 

“Extremismo y violencia no nacen de un espíritu religioso; son traiciones a la religión. Y nosotros creyentes no podemos callar cuando el terrorismo abusa de la religión“, planteó el Papa en su discurso, a metros de la que según la tradición más extendida de la Biblia fue la tierra de origen del Patriarca, que es punto de unión de cristianos, judíos y musulmanes, a unos 150 kilómetros de la capital Bagdad.

 

“Es más, nos corresponde a nosotros resolver con claridad los malentendidos”, pidió Jorge Bergoglio, en el segundo día de su visita a Irak, adonde llegó ayer acompañado por Télam y otros medios para iniciar la primera visita de un pontífice en la historia, que se extenderá hasta el lunes.

 

 

Además, en otro mensaje con el que buscó trascender las fronteras de Irak, invadida en 2003 por una alianza de potencias occidentales encabezada por Estados Unidos, el Papa aseveró que “no habrá paz mientras las alianzas sean contra alguno, porque las alianzas de unos contra otros sólo aumentan las divisiones”.

 

La paz no exige vencedores ni vencidos, sino hermanos y hermanas que, a pesar de las incomprensiones y las heridas del pasado, se encaminan del conflicto a la unidad“, argumentó.

 

De esa manera, convocó a rezar también por “todo Oriente Medio, pienso en particular en la vecina y martirizada Siria“.

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