Se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos y los ojos están puestos en un estado en particular: Pensilvania.

 

Pensilvania es un estado ubicado al noreste del país, y una de las trece colonias inglesas originales. Tradicionalmente se lo conoce como uno de los estados bisagra o ‘swing states’, y para estos comicios, se convirtió en el estado que podría decidir la presidencia estadounidense.

 

Tras Florida, que cuenta con 55 electores, Pensilvania, con 20 electores, es el estado bisagra con más peso por el que se debaten Donald Trump y Joe Biden. A pesar de tener una marcada trayectoria demócrata, el estado natal de Biden se convirtió al rojo en 2016. En esta ocasión, si no vuelve a sumar sus 20 electores al partido de Biden, complicará bastante el acceso del candidato a la Casa Blanca.

 

En 2016, Trump ganó Pensilvania por menos de 1 punto porcentual. Su capacidad para cambiar ese estado y los dos campos de batalla del Medio Oeste de Michigan y Wisconsin ayudó a asegurar su victoria en el Colegio Electoral, por lo que otra vez será crucial la votación para este año.

 

 

Filadelfia, la ciudad clave

Filadelfia es la ciudad con mayor incidencia dentro de Pensilvania para estas elecciones, y a un día de los comicios, el alcalde Jim Kenney anticipó que el conteo puede llevar días y pidió paciencia a la comunidad y los candidatos.

 

“Nunca en la historia de esta ciudad tanta gente había votado por correo. Por ley, los empleados no pueden comenzar a abrir y contar estas boletas hasta el mismo día de las elecciones”, dijo este martes Kenney, en un comunicado.

 

“Eso significa que obtener un recuento de las papeletas de votación por correo puede llevar fácilmente varios días. Esto puede determinar el resultado en Filadelfia y en la Mancomunidad en su conjunto. Así que, de nuevo, tenga paciencia”, pidió Kenney. En Pensilvania, a diferencia de otros estados, no está permitido comenzar el conteo de votos antes del día de los comicios.

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