El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó hoy que la disposición de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de escuchar "ridículas" acusaciones de genocidio contra Israel "demuestra que muchos en el mundo no han aprendido nada del Holocausto", y argumentó que el caso judicial está sirviendo a los intereses del movimiento islamista palestino Hamas, al que llamó "los nuevos nazis".
En el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, el dirigente israelí señaló sentirse "escandalizado" por el hecho de que Sudáfrica haya acusado de genocidio a Israel y destacó que es Hamas el que quiere el genocidio de su país y de los judíos.
Tras la denuncia de Sudáfrica, la CIJ ordenó ayer a Israel que autorice el ingreso de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza y recordó que debe "impedir y castigar" cualquier incitación al genocidio.
Netanyahu consideró que la corte de la ONU debería de haber desestimado sumariamente las acusaciones de genocidio, aunque a la vez destacó que el tribunal no ordenó un alto el fuego.
"Nosotros hemos aprendido la lección principal del Holocausto, que es que solo nosotros nos podemos defender. Nadie lo hará por nosotros", arremetió.
"El Estado judío surgió de las cenizas del Holocausto para garantizar el poder defensivo del pueblo judío", afirmó, según consignó el diario The Times Of Israel.
Durante la conferencia de prensa en Tel Aviv, Netanyahu mostró una copia del libro "Mi lucha", de Adolf Hitler, en árabe, y dijo que había sido encontrado en una vivienda en Gaza, por lo que aseguró que así era como "los nuevos nazis" educan a sus hijos.
Netanyahu también dijo que Israel nunca olvidará las masacres, atrocidades y secuestros cometidos por Hamas el 7 de octubre, cuando milicianos del grupo mataron a unas 1.200 personas y tomaron a otras 240 como rehenes, entre ellas una veintena con nacionalidad argentina.
"Nunca perdonaremos lo que los monstruos de Hamas hicieron a nuestros hijos e hijas", aseguró.
En respuesta al ataque, Israel lanzó una ofensiva aérea y terrestre que dejó al menos 26.257 muertos en Gaza, en su mayoría mujeres y menores, según el último balance del Ministerio de Salud de Hamas, que gobierna el pequeño territorio palestino.
No hay "ninguna alternativa a la victoria completa", dijo el primer ministro, que elogió a los numerosos soldados que cayeron en Gaza esta semana y afirmó que Israel debe lograr todos los objetivos de la guerra: destruir a Hamas y traer a todos los rehenes de regreso.
Netanyahu afirmó que las crecientes protestas contra su gobierno por parte de las familias de los rehenes aún retenidos en Gaza estaban provocando que Hamas eleve sus exigencias, ya que supone que la presión pública podría forzar concesiones por parte del gobierno.
Para Netanyahu, Israel se ha visto obligado a ir a la guerra por un enemigo que declara abiertamente que quiere destruir a todos los judíos. "Si hubieran podido, nos habrían asesinado a todos" el 7 de octubre, apuntó, según recogió la agencia de noticias Europa Press.
Por eso, indicó que si no se destruye a Hamas, "la siguiente masacre es solo una cuestión de tiempo". (Télam)
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