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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado una emergencia sanitaria mundial debido al creciente brote de viruela símica (mpox) en África, especialmente en la República Democrática del Congo. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, alertó sobre la gravedad de la situación y la necesidad de una respuesta coordinada a nivel internacional.
Un brote en aumento
Los últimos datos de los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades revelan un incremento alarmante en el número de casos de viruela símica en el continente africano. En lo que va del año, se han reportado más de 14.250 infecciones y 456 muertes, lo que representa un aumento del 160% en comparación con el año anterior.
Síntomas y transmisión
La viruela símica se caracteriza por la aparición de erupciones y ampollas en la piel, fiebre, dolores musculares y de cabeza. La transmisión del virus puede ocurrir a través del contacto directo con lesiones cutáneas de una persona infectada, el contacto con fluidos corporales infectados o con objetos contaminados. Aunque la transmisión de persona a persona es menos común que la zoonosis (de animal a humano), la creciente interacción entre humanos y animales salvajes aumenta el riesgo de nuevos brotes.
Una nueva variante más letal
Un estudio reciente ha revelado que la variante del virus que está causando el actual brote en África es más letal que la que circuló en 2022. Sin embargo, gracias a las vacunas y a las medidas de control implementadas, la situación en Europa se mantiene relativamente controlada.
Desafíos y preocupaciones
La falta de tratamientos y vacunas accesibles en muchos países africanos, sumada a la dificultad para diagnosticar la enfermedad, dificulta el control del brote. Además, la movilidad de las personas y el aumento del turismo en la región plantean un riesgo de propagación a otras partes del mundo.
La importancia de la vigilancia y la respuesta coordinada
Ante esta situación, la OMS ha instado a los países a fortalecer sus sistemas de vigilancia epidemiológica y a mejorar la capacidad de diagnóstico y tratamiento de la viruela símica. Asimismo, se hace necesario intensificar las campañas de vacunación y educación de la población, especialmente en las zonas de riesgo.
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