Your browser doesn’t support HTML5 audio
El Ejército de Israel reveló que Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista Hezbollah, murió tras un ataque aéreo ejecutado este viernes en Beirut. El bombardeo, dirigido al cuartel general de Hezbollah en Dahieh, un suburbio del sur de la capital del Líbano, se confirmó este sábado, según reportó la agencia Xinhua.
Nasrallah, de 64 años, era una figura de gran poder en Líbano, donde había liderado el crecimiento y expansión de Hezbollah desde 1992. Su muerte fue confirmada tanto por el Ejército israelí como por la organización que lideraba, en lo que representa un golpe devastador para el grupo.
“Hassan Nasrallah ya no podrá aterrorizar al mundo”, publicó la cuenta oficial de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en la red social X. En el mismo comunicado, el Ejército israelí informó que en el ataque también falleció Ali Karake, comandante del frente sur de Hezbollah, junto con un número no especificado de otros líderes de la organización.
Hassan Nasrallah: Un líder con décadas de influencia en Medio Oriente
Nasrallah, uno de los miembros fundadores de Hezbollah, fue clave en convertir al grupo en una de las fuerzas paramilitares más poderosas de Medio Oriente. Su ascenso al liderazgo en 1992 se dio tras la muerte de su predecesor y mentor, Abbas Musawi, en un ataque aéreo israelí. Desde entonces, Nasrallah supervisó la transformación de Hezbollah de un pequeño grupo de milicianos a una organización con decenas de miles de combatientes, un arsenal que incluye misiles de largo alcance y una red de influencia que se extiende por Líbano, Irak, Siria y Yemen.
Nacido en Beirut en 1960, Nasrallah creció en medio de la guerra civil libanesa y, tras huir de la capital en 1975, se trasladó al sur del país, cerca de la ciudad de Tiro. Su formación religiosa comenzó en Iraq, pero fue expulsado debido a la persecución chií bajo el régimen de Sadam Husein. De regreso en Líbano, estudió con Musawi, quien sería su mentor hasta su muerte.
Durante la invasión israelí de Líbano en 1982, Nasrallah lideró la resistencia, sentando las bases de lo que más tarde sería Hezbollah. Su liderazgo se consolidó en 2000, cuando el grupo expulsó a las fuerzas israelíes del sur de Líbano tras 18 años de ocupación.
Hezbollah bajo Nasrallah: Expansión y confrontación
Bajo la dirección de Nasrallah, Hezbollah creció hasta convertirse en el grupo no estatal más armado de la región, con aproximadamente 100.000 combatientes y reservistas. La organización, respaldada por Irán, también ha desarrollado una vasta infraestructura militar y un arsenal de drones y misiles de diversas capacidades, lo que la convierte en una amenaza constante para Israel.
El liderazgo de Nasrallah no solo se limitó a la lucha militar. También jugó un papel crucial en la política libanesa, donde Hezbollah ha mantenido una fuerte influencia. Sin embargo, en los últimos años, la organización ha enfrentado múltiples desafíos, incluidos el deterioro económico de Líbano y los conflictos internos. La muerte de Nasrallah se suma a una serie de golpes recientes contra Hezbollah, como la infiltración de su red de comunicaciones y la eliminación de varios comandantes.
Un impacto clave para la región
La muerte de Nasrallah, además de ser un golpe simbólico para Hezbollah, podría tener profundas implicaciones para la estabilidad de Líbano y la región en general. Su liderazgo carismático y su capacidad para movilizar tanto a militantes como a simpatizantes lo convirtieron en uno de los enemigos más formidables de Israel y uno de los líderes más influyentes del llamado “eje de resistencia” respaldado por Irán.
Con su desaparición, se abre una incógnita sobre el futuro liderazgo de Hezbollah y el impacto que esto podría tener en la dinámica geopolítica de Medio Oriente. La muerte de Nasrallah también ocurre en un contexto de tensiones continuas entre Israel e Irán, con Hezbollah jugando un rol clave en la proyección del poder iraní en la región.
Nasrallah no solo fue un líder militar, sino también un símbolo de la resistencia chií contra Israel. Su figura, venerada por miles en el mundo chií, deja un vacío significativo en el liderazgo del grupo, que ahora debe enfrentarse a la posible reorganización interna y a la presión de sus adversarios.
En los próximos días, se espera que Hezbollah emita más declaraciones y que sus seguidores reaccionen ante esta pérdida, lo que podría escalar las tensiones en la región.
Un golpe crítico para Hezbollah
La muerte de Nasrallah corona un periodo de adversidades para Hezbollah, que en los últimos años ha visto comprometida su red de comunicaciones y ha sufrido bajas significativas en su liderazgo. A pesar de estos contratiempos, Hezbollah sigue siendo una fuerza militar poderosa en la región, pero su futuro es incierto sin la figura de Nasrallah, quien fue fundamental en cada paso de su expansión.
El ataque israelí no solo marca la desaparición de un líder clave, sino que sugiere que Hezbollah está profundamente herido, lo que podría provocar cambios en su estructura y estrategia a largo plazo.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia