La debilidad del dólar llevó al metal precioso a alcanzar el precio más alto de la historia y colocarse en US$1966, tras batir el récord de 2011, momento en el que cotizó US$1921,17 marcando un máximo intradiario de 21 dólares.

 

 

 

 

El histórico salto se dio justo en el momento en el que el gobierno de Estados Unidos confirmó que destinará cerca de US$1 billón a ayuda económica para familias. Lo mismo sucede con los bancos centrales europeos que destinaron enormes sumas para auxiliar a las poblaciones perjudicadas por el ‘parate’ de la pandemia.

 

 

 

 

 

“La fortaleza del dólar ha sido determinante histórico de la performance relativa de las principales clases de activos financieros, y también de los commodities. Con estos últimos mantiene tal vez la relación inversa más evidente y persistente. Con mayor o menor rezago siempre predominó en los grandes movimientos (en el corto plazo la correlación es volátil), con excepción del segundo lustro de los ’80, y varios movimientos contratendenciales transitorios”, explicó un informe de la consultora Delphos Investment.

 

 

 

 

 

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