Nuevamente, el metal precioso abre la semana en alza, impulsado por la incertidumbre económica por el avance del Covid-19 y la consecuente emisión monetaria indiscriminada para intentar rescatar las economías que derivó a una depreciación del dólar norteamericano. Este lunes, la onza se colocó en US$1807, el precio más alto desde 2011.

 

 

 

“La narrativa del virus no va a desaparecer y no creemos que la Reserva Federal de los Estados Unidos vaya a cambiar el precio de los tipos en un futuro próximo, lo que debería apoyar los precios del oro”, explicó Stephen Innes, jefe de estrategia de mercado de la empresa de servicios financieros AxiCorp.

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