El ministro de Salud británico, Matt Hancock, reconoció este domingo que la nueva cepa de coronavirus detectada en Londres y el sudeste de Inglaterra estaba “fuera de control”, y el primer ministro, Boris Johnson, convocó a una reunión del Comité de Emergencia para analizar la situación.

 

En ese encuentro, el Comité estudiará no solo el impacto sanitario de la aparición de la nueva cepa sino también las consecuencias económicas por el nuevo confinamiento y la decisión de varios países de suspender los vuelos con el Reino Unido.

 

El balance de este domingo alcanzó su récord histórico con casi 36.000 nuevos casos. En tanto, se confirmaron 326 fallecidos en las últimas 24 horas, en el primer día del nuevo confinamiento por el rebrote  de casos, asociado en parte a la aparición de la nueva cepa que se propaga un 70% más rápido que la original.

 

Ahora se encuentran en el Nivel 4, el más estricto de todos, anunció Johnson. Este nivel significa el cierre efectivo de las zonas afectadas, incluidas las instalaciones de ocio y servicios no esenciales. La restricción obliga a los residentes a quedarse en sus domicilios -salvo limitadas excepciones- y a trabajar desde las casas.

 

Aunque en principio la duración inicial estipulada es de dos semanas, estas restricciones se revisarán el próximo 30 de diciembre, día en que el Gobierno se pronunciará sobre una posible extensión para salvar, en la medida de lo posible, la última semana navideña.

 

 

Hancock advirtió que el país se enfrenta a “un momento muy difícil de controlar hasta que llegue el desembarco de la vacuna”. Asimismo, especificó que hasta las 20 horas del sábado habían sido vacunadas 350.000 personas. “Vamos a salir adelante pero nos esperan meses difíciles”, agregó.

 

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