El volcán Kliuchevskói, considerado el más grande y activo de la península de Kamchatka, en el extremo oriental de Rusia, entró en erupción este miércoles 30 de julio luego del fuerte terremoto de magnitud 8,8 que sacudió la región. La erupción fue confirmada por el Servicio Geofísico Unificado de la Academia de Ciencias de Rusia, a través de un comunicado emitido por la agencia RIA Novosti.

Según reportaron las autoridades, lava ardiente comenzó a descender por la ladera occidental del macizo, acompañado de explosiones y una intensa luminosidad visible desde varios kilómetros a la redonda. La actividad volcánica coincidió con el momento en que la región se encontraba en estado de emergencia sísmica, tras el potente sismo y las consecuentes alertas de tsunami emitidas en varias costas del océano Pacífico.

El Kliuchevskói, también conocido como Klyuchevskaya Sopka, alcanza una altitud de 4.800 metros y se sitúa a 30 kilómetros del poblado de Kliuchi, en el distrito de Ust-Kamchatski, donde viven unas 4.500 personas que podrían verse afectadas por la erupción si esta se intensifica.

Un volcán emblemático con alto poder destructivo

El Kliuchevskói, además de ser el volcán más alto de Eurasia, cuenta con una boca principal de aproximadamente 700 metros de diámetro y al menos 80 fumarolas activas, por donde emergen gases y vapores a temperaturas elevadas. Su historial eruptivo lo posiciona como una amenaza constante para las comunidades vecinas y para la biodiversidad de la zona.

Por ahora, no se han reportado víctimas ni daños graves, pero los equipos de monitoreo geológico permanecen activos ante la posibilidad de que el evento se prolongue o se intensifique. Las autoridades han instado a la población a seguir las instrucciones oficiales y evitar toda actividad cercana al volcán.

El terremoto: uno de los más potentes del siglo

El sismo, que tuvo lugar el 29 de julio a las 23:24 UTC, alcanzó una magnitud de 8,8 según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que lo calificó como el terremoto más fuerte registrado en Rusia desde 1952. El epicentro se localizó frente a la costa del Pacífico de Kamchatka, a unos 136 kilómetros al este-sureste de Petropávlovsk-Kamchatski, a una profundidad de 19,3 kilómetros.

El movimiento telúrico provocó daños estructurales menores en la capital regional, entre ellos el derrumbe parcial de la fachada de una guardería. Además, generó fuertes réplicas e intensificó la actividad de la zona de subducción entre las placas del Pacífico y del mar de Ojotsk, lo que, según expertos, pudo haber influido directamente en la erupción volcánica posterior.

Ola de tsunami de 4 metros y alerta en el Pacífico

Como consecuencia directa del sismo, se activó una alerta de tsunami para una amplia franja del Pacífico Norte. El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico informó sobre el riesgo de olas peligrosas en las costas de Rusia, Japón, Hawái, Alaska, California, Oregon y Washington.

En Kamchatka, una ola de aproximadamente 4 metros de altura fue registrada en el distrito de Yelizovsky, causando inundaciones en áreas costeras, entre ellas el puerto de Severo-Kurilsk y una planta pesquera local en la región de Sajalín. Las autoridades rusas ordenaron evacuaciones preventivas en zonas vulnerables y mantienen vigilancia permanente sobre el nivel del mar y los flujos de lava volcánica.

Una región altamente sísmica y volcánica

La península de Kamchatka está ubicada dentro del Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las regiones más activas del mundo en términos sísmicos y volcánicos. En su territorio se encuentran alrededor de 130 volcanes, de los cuales 30 están activos. La actividad geológica frecuente representa un riesgo tanto para la población local como para el tráfico aéreo, debido a las constantes emisiones de ceniza volcánica.

Desde hace semanas, las autoridades científicas de Rusia habían elevado las advertencias sobre una posible intensificación de la actividad sísmica y volcánica en la región. La reciente combinación de un megaterremoto y una erupción explosiva parece confirmar esa tendencia.

Leé más notas de La Opinión Austral

Ver comentarios