La aplicación de citas Tinder cuenta con hasta 65 millones de usuarios mensuales en 180 países. La app, que ya cumplió 10 años desde su lanzamiento, puede considerarse una red social de encuentro. Con ella se puede chatear y conseguir una cita con personas con quienes existe gusto en común o entre quienes se han seleccionado mutuamente.
Los usuarios solo deben desplazar el dedo a la derecha o a la izquierda (“swipe”) en función de si desean conectar con el carrusel de pretendientes que hay del otro lado de la pantalla. Cuando dos perfiles se agradan (‘match’) pueden comenzar a chatear. La plataforma de citas más popular del planeta asegura que en la última década ha efectuado más de setenta millones de emparejamientos.
El secreto de Tinder
La clave de Tinder radica en su diseño, que usa técnicas de ‘ludificación’ propias de los juegos para videoconsolas para captar los usuarios y retenerlos el máximo tiempo posible en la plataforma. La app explota la voluntad humana de agradar a los demás: toda vez que hacemos ‘match’ nuestro cerebro segrega dopamina (la hormona del placer) de forma afín a como lo hace cuando se juega a las tragamonedas.
El éxito de Tinder se fundamenta en unos engranajes matemáticos que explican por qué te aparecen algunos perfiles de usuarios y no otros. Hasta dos mil diecinueve, la app usó un sistema algorítmico conocido como “Elo” –usado por la FIFA o en competiciones de ajedrez— que daba más puntos a los usuarios más agradados y después se ocupaba de hacerlos coincidir con otros usuarios con el mismo estatus de “deseabilidad“. Así lo reveló la periodista Judith Duportail, para esto Tinder compendiaba las conversaciones entre ligues palabra por palabra, los “likes” y las horas de conexión.
La elección de fotografías atractivas y una descripción ocurrente para el perfil se convierte en un estudiado proceso para intentar escalar situaciones en la clasificación de la app. “Se formaliza la busca de pareja como una transacción económica: convierte el yo en un producto envasado que compite con otros en un mercado abierto regulado por la oferta y la demanda”, señaló la socióloga Eva Illouz.
Nuevo algoritmo de Tinder
Tinder asegura que cambió ese sistema y lo sustituyó por un algoritmo de inteligencia artificial (IA) que examina la actividad y las fotografías del usuario para conocer mejor sus gustos y deja aconsejarle parejas que coincidan con su comportamiento. Incluso puede calcular su factor intelectual, su estado sensible o su capacitación para hacer que los ‘matches’ sean más precisos. Si te agradan los morenos, tocar la guitarra y la gastronomía, la app te va a mostrar gente con ese interés.
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