Un particular hecho se registró en el corazón de Londres este miércoles en las horas pico de la mañana. Cinco caballos del Ejército británico escaparon y ocasionaron pánico en la ciudadanía. Los equinos, pertenecientes a la Caballería de la Casa Real (Household Cavalry), irrumpieron sin control cerca de la residencia principal del Rey Carlos III, provocando daños materiales y heridos tras impactar contra vehículos y peatones.

El tenso episodio se originó cuando los caballos, alarmados por el ruido de obras en el barrio de Belgravia, al oeste del Palacio de Buckingham, escaparon durante un ejercicio rutinario. Sin jinetes que los controlaran, recorrieron las arterias principales de la capital británica y sembraron el miedo entre los transeúntes y conductores. De acuerdo a las autoridades militares, todos los animales fueron recuperados poco después de su fuga y actualmente están siendo sometidos a exámenes médicos.

Además de los daños a los vehículos, que abarcaron desde un taxi con una ventana rota cerca del Palacio Buckingham hasta un bus turístico de dos pisos con el parabrisas dañado, el servicio de ambulancia de Londres atendió a cuatro personas afectadas en tres sucesos distintos. Estas incluyen a peatones y posiblemente a soldados desmontados.

A través de redes sociales, se viralizaron imágenes y videos de este suceso. En una de estas filmaciones, se observa a dos equinos corriendo a gran velocidad por Aldwych, un área situada entre el histórico centro financiero de Londres y el concurrido distrito teatral de West End. Además, es posible ver como la parte frontal de uno de ellos se encuentra cubierta de una sustancia roja, cuya naturaleza aún no fue confirmada por la Armada.

La captura de estos animales involucró a varias agencias, incluyendo la Policía Metropolitana de Londres y el Ejército. Después de una persecución frenética, dos de los caballos fueron contenidos cerca de Limehouse, varios kilómetros al este del Palacio de Buckingham.

Las autoridades aguardaron la llegada de remolques del Ejército para transportar a los caballos y proporcionarles la atención veterinaria necesaria. Finalmente, todos pudieron ser capturados y devueltos al campamento, donde se informó que estaban siendo sometidos a pruebas médicas. El operativo concluyó hacia las 10:30, garantizando que todos los equinos estuvieran contabilizados y a salvo.

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