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Un argentino y su hijo, nacido en Chile pero criado en una familia de argentinos, figuran entre las víctimas fatales del accidente aéreo ocurrido en Washington, Estados Unidos. La tragedia involucró un avión comercial de American Eagle y un helicóptero militar Black Hawk.
El impacto fue fatal para todos los ocupantes: 64 personas que viajaban en el avión y los tres tripulantes del helicóptero, confirmaron las autoridades y el presidente Donald Trump en conferencia de prensa. “Tristemente no hay sobreviviente alguno. Fue una noche oscura para nuestra nación, una tragedia de proporciones horribles”, declaró el mandatario.
Aunque no se difundió la lista oficial de víctimas, Clarín informó que el argentino y su hijo de 13 años iban bordo del vuelo 5342 que cayó al río Potomac, el cual partió de Wichita, donde el chico había participado en una competencia de patinaje artístico, el deporte que practicaba.
En el avión se encontraban varios miembros de la comunidad de patinaje artístico de Virginia, quienes habían asistido a Kansas para el campeonato 2025 Prevagen US Figure Skating y un campamento de entrenamiento. Según una fuente vinculada al deporte que habló con The Washington Post bajo anonimato, cerca de un tercio de los pasajeros eran patinadores o entrenadores, incluidos menores de edad. Cabe mencionar, en ese sentido, que otras de las víctimas fatales por este hecho son los expatinadores rusos Evgenia Shishkova y Vadim Naumov.
El ciudadano de Argentina, graduado de contador en la Universidad de Buenos Aires y con estudios posteriores en Estados Unidos, era vicepresidente de una compañía de energía eléctrica con sede en Arlington, Virginia, a poca distancia del aeropuerto donde ocurrió el siniestro. Había residido en Chile durante varios años.
Su hijo -que practicaba patinaje artístico- además de asistir a una escuela estadounidense, cursaba en la Escuela Argentina, una institución en las afueras de Washington que recibe a hijos de argentinos los sábados por la mañana para mantener el vínculo con la currícula del país y su comunidad, precisó Clarín. La madre y esposa, también argentina, aguardaba en el aeropuerto Ronald Reagan la llegada del vuelo cuando, poco antes de las 9 de la noche en Washington, el accidente desató el caos.
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