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El Parque Nacional “Los Alerces”, ubicado en la provincia de Chubut, Argentina, enfrenta una devastación de bosques nativos, arbustos, matorrales y pastizales debido a un voraz incendio que ha consumido más de 7 mil hectáreas. El siniestro, que comenzó el 25 de enero en la zona de arroyo Centinela, ha movilizado a unas 450 personas en un operativo de emergencia para contener las llamas.
Bajo la coordinación del Gobierno de Chubut, liderado por Ignacio “Nacho” Torres, y en colaboración con la intendencia del Parque Nacional “Los Alerces” (PNLA), el Servicio Nacional de Manejo del Fuego y diversas instituciones, se están desplegando esfuerzos para controlar el desastre forestal que amenaza la región.
El informe más reciente emitido por la Secretaría de Bosques del Chubut y el PNLA señala que el incendio ha afectado no solo extensas áreas de bosque nativo, sino también arbustos, matorrales y pastizales, poniendo en peligro la biodiversidad y el ecosistema de la zona.
En el frente de batalla, se han unido fuerzas del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, Prefectura Naval, Ejército Argentino, Gendarmería Nacional, Administración de Vialidad Provincial y Vialidad Nacional, así como la participación activa de la Policía, el Puesto Sanitario de la Villa Futalaufquen, municipalidades locales, el Servicio Meteorológico Nacional, Bomberos Voluntarios y diversos organismos provinciales.
El despliegue de recursos es impresionante: 80 camionetas, 5 autobombas, cisternas, motoniveladoras, cargadora, topadoras, carretones, retroexcavadoras, 5 cuatriciclos, 6 drones, 8 buses, 3 camiones, una embarcación y 7 medios aéreos están disponibles para combatir las llamas y mitigar los daños.
El gobernador Ignacio Torres logró asegurar el compromiso del Estado Nacional para aportar 1.500 millones de pesos, 3 medios aéreos adicionales y una nueva dotación de brigadistas, sumando así más fuerzas a la lucha contra el fuego.
Para este martes 6 de febrero, se han planificado acciones específicas en los nueve sectores afectados por el incendio, que incluyen trabajos de anclaje, construcción de líneas cortafuegos, enfriamiento de focos activos y combate con apoyo de los diferentes recursos disponibles, incluidos los medios aéreos que operarán según las necesidades del personal en tierra.
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