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Una llamada de emergencia movilizó a los bomberos y fuerzas de seguridad en horas del miércoles, luego de que un vehículo tipo SUV perdiera el control y chocara contra los restos oxidados de un camión abandonado en la Ruta Nacional N°3, a la altura del Cañadón Minerales. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos graves, pero el incidente volvió poner en foco los riesgos de un tramo que, para muchos camioneros y viajeros, ya es sinónimo de precaución.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes consultadas, se pudo saber que al recibir el alerta, los bomberos del Cuartel 25 de Fitz Roy llegaron al lugar junto a efectivos de la División Cuartel 5 y personal de la Subcomisaría local. El escenario era claro: el SUV había derrapado —posiblemente por exceso de velocidad o las condiciones del camino— y terminó impactando contra los restos de un pesado que llevaba meses convertido en un peligroso obstáculo al costado de la ruta.

Con protocolos bien aceitados, los rescatistas realizaron una inspección minuciosa del rodado siniestrado. Verificaron que no hubiera fugas de combustible, desconectaron la batería para evitar cortocircuitos y aseguraron el perímetro. Fue un trabajo rápido pero crucial para prevenir un incendio o complicaciones mayores.

El Cañadón Minerales no es un punto cualquiera en el mapa rutero. Para los santacruceños, es un sector conocido no solo por su geografía agreste, sino también por los accidentes que, como este, suelen multiplicarse en épocas de niebla o lluvias. Lo llamativo, sin embargo, es que el camión involucrado en este choque llevaba meses allí, convertido en una suerte de “fantasma” metálico que los vecinos ya denunciaban como una bomba de tiempo.

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