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Deportivo Madryn y Quilmes debían enfrentarse este sábado por la fecha 20 de la Primera Nacional, pero un fenómeno meteorológico imprevisto dejó una imagen tan impactante como insólita: el campo de juego del estadio Abel Sastre apareció cubierto por una gruesa capa de nieve, lo que obligó a la suspensión del encuentro. La postal recorrió el país en cuestión de minutos, generando sorpresa en redes sociales y destacando una vez más la complejidad logística que enfrentan los equipos del sur argentino.

Las condiciones climáticas en Puerto Madryn comenzaron a complicarse desde la madrugada del sábado, con precipitaciones níveas que no cesaron durante gran parte del día. Las imágenes del campo blanco y helado se difundieron rápidamente en redes, mientras los hinchas se preguntaban si el partido iba a disputarse. Pero pasado el mediodía, se confirmó lo inevitable: no se podía jugar en esas condiciones.

 FOTO: SEBASTIÁN KERLE FOTO: SEBASTIÁN KERLE
FOTO: SEBASTIÁN KERLE

La decisión fue comunicada oficialmente por el árbitro Fabrizio Llobet, quien explicó que, además de la cancha congelada, existía una nota oficial del gobierno municipal que recomendaba suspender todos los eventos programados en la ciudad por cuestiones de seguridad. “Lamentablemente, por las condiciones climatológicas que estamos viviendo y por una nota del gobierno de Puerto Madryn se han suspendido todos los eventos. La cancha está congelada, no es normal jugar así“, declaró Llobet tras recorrer el terreno de juego.

Comunicado de Deportivo Madryn:

“El Club Social y Deportivo Madryn informa que el encuentro pactado para esta tarde ante Quilmes ha sido suspendido debido a las condiciones climáticas, el estado del campo de juego y el pronóstico reinante en la ciudad para las próximas horas. Si bien aún no existe una fecha estipulada, la reprogramación del partido se informará en los próximos días a través de nuestros canales oficiales”.

Un evento climático que reabre el debate sobre la logística en el ascenso

El episodio reaviva una discusión recurrente en el fútbol argentino: las dificultades que enfrentan los equipos del sur del país para competir en igualdad de condiciones. El propio Llobet mencionó la predisposición de ambos planteles para disputar el encuentro, pero reconoció que el escenario era impracticable: “Sabemos lo que significa para un equipo de Buenos Aires venir hasta acá desde el plano económico. Más allá de la buena predisposición, es una nota del gobierno y la tenemos que acatar”.

Mientras tanto, Quilmes también se expresó a través de sus canales oficiales, lamentando la suspensión y adhiriendo a las razones expuestas. Para ambos clubes, especialmente para Madryn como local, el cambio representa una complicación organizativa: hay pasajes, logística, y preparación que deben reconfigurarse, en un calendario ya de por sí exigente.

Las imágenes del Abel Sastre sepultado por la nieve dejaron una postal infrecuente en el fútbol argentino, más cercana a una postal europea que a la cotidianidad del ascenso. A falta de fútbol, lo que quedó fue un testimonio visual de la crudeza del invierno patagónico y una anécdota que difícilmente olviden ni los hinchas ni los protagonistas.

La fecha de reprogramación será informada en los próximos días. Mientras tanto, en Puerto Madryn esperan que el clima dé un respiro, y que el equipo de Leandro Gracián pueda volver a la competencia sin nuevas interrupciones. La nieve, tan pintoresca como implacable, dio la nota en una jornada que debía ser de fútbol y terminó siendo de asombro.

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