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La voz de Eladia Guelet, cargada de dolor pero firme en su reclamo, se alzó desde los estudios de LU12 AM680, la Decana de la Patagonia. Llegada desde Gobernador Gregores, junto a su hermana Analía, Eladia no está de visita de placer en la capital provincial; su presencia responde a la inminente fecha de un juicio que espera desde hace más de dos años y medio: el que busca justicia por la muerte de su hijo, Ulises.
Tal como lo informó La Opinión Austral, se trató de un caso que sacudió a la pequeña comunidad de Gobernador Gregores y que ahora, a pocos días de su definición, pone en el centro del debate una vez más la calificación legal de las muertes viales en Argentina.
Ulises, oriundo de Lago Posadas como gran parte de su familia, falleció en noviembre de 2022, durante el mes en que arrancaba el Mundial de Fútbol. Tenía planes, como tantos jóvenes: iba a rendir materias en enero de 2023 y trabajaba como albañil para juntar plata para comprarse su primer auto. Pero la vida, cruelmente, no le dio tiempo a concretar esos sueños.
La tragedia ocurrió tras una noche que, según el relato de su madre y tía, comenzó como una salida de amigos para divertirse. Ulises, su sobrino Giovanni y un amigo se encontraron con otros conocidos, Lucas y “Lucho“.
Al finalizar la noche en un boliche, Mauro Pérez, el imputado en la causa, los encontró afuera e “insistentemente” los invitó a un “after” habitual en el río. Aceptaron, pero al sumar más gente, la cabina de la camioneta de Mauro Pérez estaba llena. Fue entonces que les ofreció llevarlos en la caja. Subieron “con la idea de ir a pasar otro rato”, no con el pensamiento de morir. Estaban indecisos entre ir al after o ver un partido del Mundial.
Lo que siguió fue, según los testigos, una secuencia que terminaría en fatalidad. Mauro Pérez empezó a acelerar y acelerar. Los chicos en la caja golpeaban para que bajara la velocidad, pero él no respetó sus pedidos. Declaraciones de quienes iban en la cabina confirman que los golpes se escuchaban. Sin embargo, el conductor “no les hace caso” y siguió aumentando la velocidad hasta que la camioneta volcó y chocó contra una palmera. Ulises fue quien llevó la peor parte y falleció en el acto.
Mauro Pérez, el conductor, es oriundo de Gobernador Gregores, “nacido y criado” allí, conocía perfectamente la localidad. Según Eladia y Analía, lo conocían del pueblo; en Gregores, con poco más de 5.000 habitantes, “somos todos conocidos”. Si bien desconocen si tenía antecedentes similares, su comportamiento “nunca fue normalmente“, “siempre hizo lo que quiso” y no es una persona “con una conducta intachable”. Tras el hecho, vivió un par de meses en Gregores y luego se fue a vivir a Chubut, a Rawson, donde supuestamente tiene otra familia.
Lo que más indigna a Eladia, y el motivo principal de su lucha actual, es la calificación legal del caso. La causa está caratulada como homicidio culposo. Desde un principio, Eladia y su Hugo Daniel Ortiz pidió el cambio a homicidio simple con dolo eventual. Esta diferencia es “mucha”, “una gran diferencia”. En el homicidio culposo, la intención no existe, es “por accidente”. En cambio, el dolo eventual implica que el autor, si bien no busca directamente el resultado (la muerte), se representa que es altamente probable que ocurra y, a pesar de ello, continúa con su acción, demostrando indiferencia por la vida ajena.
Eladia explicó que con la calificación de homicidio culposo, desde el inicio, le están dando a Mauro Pérez “muchísimas posibilidades de que ni siquiera pague por la muerte de mi hijo“. Para ella, esta calificación es “totalmente injusta”. En su reciente reunión con el fiscal subrogante, a quien pudo conocer ya que la fiscal titular no estará para el juicio, se mantuvo esta idea de la carátula de homicidio culposo. Pero Eladia insiste en que en el momento del juicio, que se hará el próximo 25 de junio, buscarán que se reevalúe y se califique como homicidio simple con dolo eventual. “No todas las causas son iguales“, recalcó Eladia, cuestionando por qué se califica a “todas las causas” de la misma manera, sin tener en cuenta la intencionalidad o la grave negligencia
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