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“Solo lo quería asustar” fue la tímida defensa de un bombero señalado por haber disparado y causado la muerte de un ex trabajador minero, en un confuso episodio ocurrido en Gobernador Gregores, actualmente investigado por el Juzgado de Instrucción de Puerto San Julián.
La frase fue pronunciada por un efectivo de la fuerza de seguridad, quien fue demorado en las últimas horas por sus pares de la División de Investigaciones (DDI), durante una serie de seis allanamientos realizados en esa ciudad, ubicada en el corazón de Santa Cruz.
Tal como adelantó La Opinión Austral, lo que en principio parecía un simple incidente vial con desenlace fatal —con Bruno Castro, un hombre de 30 años, como víctima—, tomó un giro inesperado al descubrirse, en la Morgue Judicial de Río Gallegos, que presentaba un orificio de bala en la cabeza. Castro había sufrido tiempo atrás un grave accidente laboral que le costó la amputación del brazo izquierdo.
El siniestro vial se registró el sábado pasado en la avenida Circunvalación, traza que bordea a Gobernador Gregores. Los primeros en asistir a la víctima fueron agentes del Cuartel 10 de Bomberos, dependencia en la que presta servicios el principal sospechoso, quien en las últimas horas reconoció su participación en el hecho.
Según pudo saber este medio, un conflicto previo entre ambas partes habría sido el posible móvil del violento desenlace.
“Solo lo quería asustar, se disparó sola”, fue la frase que, según fuentes confiables, el acusado dijo a sus compañeros al momento de ser detenido. En su vivienda, la Policía encontró una pistola reglamentaria calibre 9 mm, que habría sido utilizada en el ataque que terminó con la vida de Castro, al impactar una bala en el parietal izquierdo de su cráneo.
Cabe recordar que, debido a su discapacidad, resultaría prácticamente imposible que él mismo se hubiese disparado, lo que debilita cualquier hipótesis de suicidio accidental y que, tal como lo había informado este diario, Castro había comprado una Gran Cherokee automática y adaptada con el dinero de la compensación económica que recibió tras su accidente laboral.
Un dato particular llamó la atención de los investigadores: esa misma noche, otra persona ingresó al hospital local con una herida de arma de fuego, aparentemente provocada por una carabina calibre .22. El individuo tenía pedido de captura, y por el momento no se ha podido establecer si ambos hechos están vinculados.
Actualmente, el bombero permanece detenido mientras la Justicia aguarda los resultados de las pericias que integrarán el plexo probatorio. Si bien confesó informalmente el hecho ante sus colegas, esa declaración no tiene validez legal hasta que sea ratificada ante la jueza Anahí Mardones.
Por estas horas, la investigación intenta determinar si actuó solo o con la complicidad de terceros. Lo cierto es que un caso que en un principio parecía engrosar la estadística de accidentes viales en la provincia, se convirtió en uno de los homicidios más impactantes de los últimos tiempos en Santa Cruz.
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