Tras largos años de recesión, una creciente deuda externa y desempleo, el 3 de diciembre de 2001 el gobierno del entonces presidente Fernando De la Rúa impuso fuertes restricciones a las extracciones de dinero de los bancos —que serían conocidas con el nombre del “corralito”— para evitar un retiro masivo que llevara al colapso del sistema financiero.
La medida efectivamente congeló los depósitos de las personas, frenó las cadenas de pagos y profundizó aún más la crisis económica en la que estaba envuelto el país. Las personas protestaron en las calles en forma masiva, hubo saqueos y el Gobierno reprimió con violencia: murieron 39 personas, de acuerdo con la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina.
El gobierno de De la Rúa anunció entonces el corralito, mediante el decreto 1570/2001 preparado por el ministro de Economía, Domingo Cavallo. El decreto fue publicado el sábado 1 de diciembre, por lo que los efectos se comenzaron a notar el lunes 3, cuando finalmente abrieron los bancos en el contexto de las nuevas restricciones.
En su artículo 2°, el decreto permitía a los ahorristas retirar hasta 250 pesos o US$ 250 a la semana (en ese entonces, debido a la Ley de Convertibilidad del Austral, un peso argentino equivalía a un dólar) de sus cuentas abiertas en bancos y otras entidades financieras, y limitaba también los giros al extranjero.
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