El asesinato de John Lennon se produjo el lunes 8 de diciembre de 1980. Su muerte fue causada por cinco disparos, de los cuales cuatro le acertaron a Lennon, realizados por Mark David Chapman, según la justicia neoyorquina (y por el mismo Chapman), a la entrada del edificio Dakota, donde Lennon residía, cuando éste regresaba con su esposa Yoko Ono de la sucursal local de los estudios de grabación Record Plant.
Fue declarado muerto a su llegada al St. Luke’s-Roosevelt Hospital Center, donde el personal señaló que nadie podría haber vivido más de unos pocos minutos con tales lesiones, pues Lennon había perdido cerca del 80 % de su volumen sanguíneo. Poco después se reportó la muerte del músico a las emisoras locales de noticias, lo que llevó a que se congregara una enorme multitud tanto en las afueras del hospital como frente a su domicilio.
Fue cremado el 10 de diciembre en el cementerio Ferncliff de Hartsdale, Nueva York; las cenizas fueron entregadas a Ono, quien decidió no organizar un funeral, aunque se hicieron varios homenajes y tributos en su honor. Chapman, por su parte, fue condenado a cadena perpetua y ha permanecido encarcelado desde entonces tras varias campañas en contra de su liberación; al menos hasta 2020, se le ha negado la libertad condicional once veces desde que fue elegible para ella en el año 2000.
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