Ciertos autores adherentes al movimiento de la nueva era han sostenido que a partir de esa fecha los habitantes de la Tierra experimentarían una transformación física o espiritual positiva que marcaría el comienzo de una nueva era. Otros sugirieron que el año 2012 marcaba el fin del mundo o una catástrofe similar.
Varias conjunciones astronómicas y fórmulas numerológicas fueron relacionadas con la fecha en cuestión, sin que la comunidad científica las aprobase. Los escenarios postulados para el fin del mundo incluían la colisión de la Tierra con algún cuerpo celeste, como Nibiru —hipotético astro propuesto por el escritor paranormal azerí Zecharia Sitchin (1920-2010)— o un asteroide errante; la interacción de nuestro planeta con un agujero negro; o el advenimiento de una etapa de gran actividad solar.
Por otro lado, los arqueólogos señalaron que en los códices o inscripciones mesoamericanos precolombinos no existe documentación sobre la «profecía maya» a la que aluden los proponentes de la misma, en tanto que los astrónomos y otros científicos rechazaron los pronósticos apocalípticos como pseudociencia, declarando que los eventos anticipados se contradecían con las más simples observaciones astronómicas.
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