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Con ráfagas de viento que superaron los 80 km./h., la comunidad salteña en Las Heras celebró al Señor y a la Virgen del Milagro. Los feligreses realizaron una procesión por las calles de la ciudad que culminó con una emotiva misa presidida por el padre César Heltner. Durante la celebración, el sacerdote hizo una profunda reflexión sobre la fe y el significado de la migración en la vida de muchas personas que, por diversas causas, se ven obligadas a abandonar su tierra natal.

El padre Heltner recordó un pasaje bíblico que hace referencia a la historia de María y José, quienes recibieron un mensaje del ángel que les instaba a huir hacia Egipto para proteger a su hijo. “Nosotros podemos recordar incluso en la biblia lo que le sucedió a la virgen con San José”, destacó el sacerdote, enfatizando que a pesar del dolor de abandonar el hogar, Dios siempre tiene un plan en marcha.

Acto seguido se refirió a las primeras comunidades cristianas que, después de la muerte de Jesús, fueron perseguidas y tuvieron que dispersarse. “Ellos no sabían que, en medio de la adversidad, Dios les proporcionaba algo invaluable: la fe“, expresó Heltner. Subrayó que la celebración no sólo es un acto de devoción, sino una demostración tangible de la fe que une a las comunidades a lo largo de los años.

El sacerdote hizo hincapié en que el milagro que celebramos hoy es una forma en que Dios se comunica con el pueblo“. Recalcó que la fe debe ser activa y no pasiva, recordando a los presentes que no basta con participar de la misa una vez al año para ser verdaderos creyentes. “La segunda lectura nos dice claramente que la fe sin obras es una fe muerta“, señaló. “No podemos limitarnos a ser creyentes sólo en días especiales; la fe debe vivirse diariamente”.

A lo largo de su homilía, Heltner instó a los fieles a reflexionar sobre la importancia de transmitir su fe a las nuevas generaciones. “Como padres y abuelos, tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos y nietos sobre quien es Jesús en sus vidas”, afirmó. En este sentido, planteó una pregunta fundamental: “¿Quién es Jesús para nosotros?”, incitando a cada uno a interiorizar esta cuestión y a compartir su respuesta en sus hogares.

Recordando la importancia de la práctica de la fe, mencionó que el amor de Dios no se limita a un solo día o evento. “Dios está presente a lo largo de todo el año, escuchando nuestras oraciones y viendo cómo nos acercamos a Él”, agregó. Así, el sacerdote concluyó su mensaje con un llamado a ser testigos del amor y de la fe en todos los aspectos de la vida cotidiana, tanto en el hogar como en el trabajo.

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