Cerca de las 18, minutos después de iniciar el trote, los vecinos lasherenses se detuvieron a descansar y notaron que, a pocos metros del camino ubicado a la vera de la calle Sarmiento, había un objeto similar al de restos humanos. Al acercarse, confirmaron la sospecha y, asustados, decidieron alejarse y llamar urgente a la Policía.
Poco después, llegaron los efectivos que luego de obsevar la escena se comunicaron con el juzgado de Instrucción del magistrado Eduardo Quelín para iniciar las investigaciones del macabro hallazgo.
El cráneo estaba semi enterrado en una zona arenosa, cerca del río Deseado, lugar preferido de los runners, ciclistas y amantes del moto cross. Según las primeras observaciones, el conjunto de huesos estaba erosionado por el paso del tiempo y tenía enormes agujeros que podrían haberse ocasionado por el impacto de balas, aunque tendrá que ser determinado, más tarde, por las pericias judiciales.
Hasta el momento, no se emitió ninguna orden judicial para excavar la zona en la que, según sospechan, podría estar enterrado el resto del cadáver.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia