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En la tarde del sábado, a las 18:30 horas, efectivos de la División Comisaría Primera de Las Heras concretaron un allanamiento en una vivienda ubicada en calle Simón Bolívar al 350, en el marco de una causa por estafa y hurto que sacude al ámbito comercial de la ciudad. El operativo fue ordenado por el Juzgado de Instrucción Penal y Juvenil N.º 1, luego de semanas de investigación encabezadas por el gabinete criminalístico local.

De acuerdo a la información a la que tuvo acceso La Opinión Austral, a través de fuentes policiales y lo consignado por medios de la zona norte de la provincia se pudo saber que el caso comenzó a gestarse a principios de junio, cuando un matrimonio propietario de un comercio local detectó movimientos bancarios sospechosos tras el despido de una de sus empleadas. Al revisar detenidamente los registros, los damnificados notaron que una de las tarjetas de débito de la firma había sido utilizada sin autorización, lo que dio lugar a una denuncia formal.

La empleada abusó de la confianza de los dueños del local para apoderarse de la tarjeta.

De inmediato, las sospechas recayeron sobre una mujer que había trabajado en el local y que, según consta en la causa, habría aprovechado la confianza depositada en ella para sustraer la tarjeta y realizar diversas operaciones financieras.

 La Meriva siendo requisada por los agentes. (FOTO: PERIÓDICO LAS HERAS) La Meriva siendo requisada por los agentes. (FOTO: PERIÓDICO LAS HERAS)
La Meriva siendo requisada por los agentes. (FOTO: PERIÓDICO LAS HERAS)

Con estos indicios, los investigadores comenzaron un seguimiento que terminó conduciendo a la vivienda de la sospechosa. Lo que llamó la atención de los efectivos al momento de llegar al lugar fue el contexto: la mujer se encontraba con bolsos armados, aparentemente lista para abandonar la ciudad en cuestión de horas. Ese detalle, lejos de ser menor, fue interpretado como un indicio claro de una posible fuga inminente ante el avance de la investigación judicial.

Durante el procedimiento se secuestraron diversos elementos vinculados directamente con la causa, cuyo contenido no trascendió en detalle, pero que fueron incorporados como prueba en el expediente. Al mismo tiempo, se realizó una requisa vehicular sobre un automóvil marca Chevrolet, modelo Meriva, color gris, propiedad de la imputada, aunque dicha inspección no arrojó resultados positivos.

El allanamiento, que se desarrolló sin inconvenientes, fue supervisado por la justicia ordinaria, y participaron activamente integrantes del Gabinete Criminalístico local, quienes colaboraron en la identificación y recolección de pruebas.

Una vez concluida la diligencia, la autoridad judicial resolvió que tanto la sospechosa como su concubina —también presente en el domicilio— quedaran imputadas en la causa, debiendo fijar domicilio y quedar supeditadas al proceso. Por el momento, no se dispuso la detención de ninguna de las involucradas, aunque fuentes del caso no descartan nuevas medidas en función de cómo evolucione la causa.

 

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