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El Juzgado de Instrucción Penal y Juvenil N° 1 de la localidad de Las Heras, que se encuentra a cargo del juez subrogante Guillermo Ghio, ante la licencia que se tomó recientemente el doctor Eduardo Quelín, determinó que la joven rescatada junto a su bebé nunca estuvo secuestrada en la vivienda de la calle Yrigoyen del barrio 1ro de Mayo. Aunque se comprobó que fue víctima de violencia de género. Actualmente, la mujer y su hijo viven con la familia de ella.
Se trata del caso que dio a conocer el diario La Opinión Zona Norte a fines de enero, cuando la Policía de Santa Cruz dio a conocer que una joven de 19 años de edad y su bebé de un año y dos meses fueran rescatados de la vivienda que compartían con el novio de ella y padre de la criatura. La intervención policial fue llevada a cabo el sábado 25 de enero por parte del personal de la Comisaría Primera, tras la denuncia de la madre de la sobreviviente.


El 25 de enero, una mujer llamada Sandra Gabriela Olivera pidió ayuda a las autoridades debido a que se había enterado que su hija había sido agredida por parte de la hermana del violento. La señora le pidió a los uniformados que fueran con ella a buscar a su hija. Cuando Licanqueo, de 22 años, los atendió, la joven se dejó ver en un estado que llamó la atención: “estaba flaca, sucia, vestida con un bruzo enorme y en mal estado“, había comentado la madre a este medio.
La joven fue rescatada junto a su hijo, la trasladaron al Hospital Distrital, donde le certificaron lesiones leves y luego fue llevada a las instalaciones de la dependencia para realizar la denuncia correspondiente junto a su mamá y acompañada por personal del Área de la Mujer. Mientras la mujer de 19 años realizaba el trámite legal, su hermana mayo entretenía al menor en el exterior de la seccional. En un momento llegó Licanqueo y se llevó al bebé tras forcejear con la tía.
El joven llegó hasta el lugar a bordo de una bicicleta, pero para escapar con su hijo se subió a un taxi que pasaba ocasionalmente por la calle. Horas más tarde, fue demorado en la zona de chacras, donde se encuentra ubicada la vivienda de los padres de él. Esas personas eran las únicas que podían tener contacto con la joven y el bebé, ya que Licanqueo no le permitía a ella ver a su propia familia. “Nosotros no sabíamos que mi hija había estado embarazada y había tenido un hijo“, había dicho la madre a La Opinión Zona Norte.
La gota que rebasó el vaso para la joven fue la agresión que sufrió por parte de su novio cuando la descubrió intentando contactar a su madre a través de redes sociales. Licanqueo le arrojó un frasco de alcohol en gel con el que le provocó lesiones en el ojo. Tras esto, la mujer aprovechó la ausencia del novio para recurrir a su vecina -su cuñada- para pedirle que le avise a su mamá, Sandra Olivera. La joven era víctima de violencia de género, psicológica y económica. Ninguno de los dos trabajaba y sobrevivían con dinero que le daba la madre de él.
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