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Por Juan I. Martínez Dodda
La campaña de producción “cerecera” 2024/25 en Los Antiguos concluyó bien. “Ha sido una buena temporada”, dicen los productores, “hemos estado con volúmenes máximos”. Eso sí, la buena cantidad, esa cantidad de frutos en planta hace que cada cereza no logre por sí sola el calibre que piden los mercados internacionales, deseosos de comprar este producto en contra estación. Hablamos de los países del norte. Además, hay que recordar que la cereza de Los Antiguos es la última cereza cosechada del mundo, la más austral, y, por ende, la que puede estirar su venta cuando ya otros proveedores no tienen producto.
“Hemos estado en volúmenes máximos, como los mejores años récords”, dijo a Santa Cruz Produce el presidente de la Cooperativa El Oasis, Jorge Seguel, la cual nuclea casi la mitad de los productores de cereza del valle. Pero (sí, hay un pero), la calidad no fue tan buena, porque cuando se cargan mucho las plantas no se logran buenos calibres y esta cualidad es fundamental para no tener problemas en la comercialización. De hecho, contó Seguel que la cereza que se comercializa bien es la de calibre 28 en adelante. “Las de 22-24 no van a poder ir más al mercado internacional y las de 26 están en duda, depende de cómo esté la oferta”, advirtió.
Respecto de una de las grandes amenazas que tiene la cereza, las heladas, Seguel dijo que no hubo heladas tardías, que son las preocupantes, tampoco lluvias durante la cosecha, “que hacen que la piel de la cereza ser raje o se parta y ya no quede en buenas condiciones para exportar”.


Cereza única
Dicen que la cereza de Los Antiguos, además de tener esa virtud de ser la “ultimicia” (en contraposición a la primicia, ambas puntas se pagan bien), es bien dulce y tiene condiciones organolépticas distintas. “Esto, además de una condición especial de cracking diferente a otras cerezas del país y, ni hablar, comparada con la de Chile, esto es importante porque es el efecto que hace cuando se muerde, esa sensación, ese crac”, explicó Seguel.
El presidente de la Cooperativa El Oasis contó una anécdota, o algo que les ha pasado. “Hemos encontrado vendedores callejeros con un cartel que dice ‘de Los Antiguos’ y nosotros sabemos que no es de acá, pero cuando les preguntamos ellos dicen que le ponen así porque a la gente le gusta, buscan nuestra cereza”, apuntó Seguel. En este sentido, por todas estas características, es que están tramitando la Denominación de Origen de la cereza antigüense.
Esta campaña, la cosecha rondó los dos millones de kilos de cereza, algo más incluso que la pasada, que había sido muy buena, con alrededor de 1,6 millones de kilos.
Un 60% del total de la cereza producida se exporta a Europa, principalmente España, “donde es muy valorada”, desde el año pasado está ingresando a Estonia y a Estados Unidos, Uruguay, también a Oriente medio, Arabia Saudita, Emiratos Árabes, Qatar o Barein. También cruza el charco y va a Uruguay.
Se sabe que cuando uno vende es precio por cantidad. La cantidad fue buena. ¿Y los precios? “Los precios estuvieron alrededor de 4 dólares en promedio, estuvo raro el mercado este año y los altibajos se produjeron básicamente por presencia de gran cantidad de fruta de Chile, cantidades mayores a otros años”, dijo Seguel.
Para tomar dimensión de lo que significa Chile en este mercado. Argentina exportó este año casi 8.000 toneladas de cerezas. Un muy buen volumen. Ahora bien, Argentina representa apenas un 5% de las ventas que provienen del hemisferio sur (otro 5% se lo reparten entre Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica). Chile es el 90%. O sea que, si el país trasandino “pestañea”, para bien o para mal, mueve toda la estantería.
“Nosotros tenemos una gran ventaja, que es que cuando nosotros tenemos cereza nadie más en el mundo la tiene, esa cosecha tardía y las tecnologías con las que contamos hoy de atmósfera modificada y demás, nos permiten tener buena cereza hasta fines de marzo en el mercado”, aportó Seguel. La Cooperativa cuenta con buena tecnología de empaque y todo lo que hace a una buena producción y conservación de calidad.
Cooperativa pionera
El Oasis es una cooperativa de productores de cereza pionera. “No hay cooperativas de fruticultores que estén funcionando con éxito, la nuestra es un raro caso, la otra de cerezas es una que está en Gaiman y se constituyeron mirando lo que habíamos hecho nosotros”, contó, con orgullo, Seguel que en 1988 fue fundador de la cooperativa que nuclea a 17 productores, la mitad de los que están en el valle.
“A los 13 años empecé a trabajar fuera de casa, me fui a buscar la vida como pude, fui y vine, y en los 70s ya se habían plantado los primeros cerezos en Los Antiguos, ya se habían plantado los primeros cerezos”, cuenta Seguel. Y prosigue: “Les fue más o menos bien, hasta que empezaron a haber problemas en la comercialización justo cuando yo entraba en el mundo de la cereza, haciéndome cargo de la chacra de una firma, y ahí arranqué, habiendo sido hijo de un chacarero local, de 5 hectáreas“.
En 1982 arrancó de lleno con la cereza, atendiendo la chacra de otro, pero a partir de mediados de los 80 pudo plantar sus primeras hectáreas, 6-7 ha en sociedad. “Y me puse a trabajar en la formación de la Cooperativa El Oasis, le di forma en 1989, en 1990 arrancamos con un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo“. Hoy, más de 30 años después, El Oasis es referente para la producción, con tecnologías y nuevas estrategias productivas, convirtiéndose en orgullo antigüense que, además, da trabajo a centenares de personas.
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