“Milito”, el equino, murió instantes después de coronarse ganador de la tercera carrera disputada en el hipódromo de la ciudad de Neuquén. El animal fue llevado desde San Carlos de Bariloche, Río Negro, y le dieron cocaína y efedrina, entre otras sustancias prohibidas. La semana pasada se realizó la audiencia de formulación de cargos para que el dueño del equipo y el jockey vayan a juicio, aunque falta identificar a un tercer involucrado.

El 6 de octubre de 2019, el caballo llegó primero pero se desplomó a pocos metros de la meta. Los médicos veterinarios acudieron en su ayuda pero no pudieron hacer nada: el equino murió en el acto.

Posteriormente se le extrajeron muestras de sangre al animal, que fueron analizadas y se comprobó que había ingerido sustancias prohibidas para este tipo de competencias que pueden mejorar notablemente su rendimiento. Además de la cocaína y efedrina, los peritos encontraron atropina (produce aumento de la frecuencia cardíaca) y clemuterol (un broncodilatador).

Imputados

Los dos imputados podrían recibir un año de prisión por el maltrato y hasta tres por el dopaje. En este caso se aplicaría la escala mayor.

La asistente letrada de la fiscalía de Delitos Ambientales y Leyes Especiales Julieta González explicó a la prensa que la acusación fue efectuada “ya que contaban con pruebas suficientes que daban cuenta que se le habían suministrado sustancias prohibidas al equino con el objetivo de obtener ventaja deportiva y económica en una carrera realizadas en el Hipódromo de Neuquén”.

Además del resultado de los análisis, se encontraron agujas, jeringas y sustancias en el interior del vehículo que utilizaba el jockey. Por eso también será juzgado. La funcionaria judicial confirmó que “en la sangre del caballo se encontró efedrina, cafeína atropina y clemuterol sustancias que tienen efectos estimulantes y broncodilatadores para que tenga una reacción más ‘explosiva’ y pueda mejorar el rendimiento en estas carreras”.

La veterinaria que lo asistió y el veterinario de la policía tomaron muestras de sangre que luego fueron enviadas a un laboratorio de control de dopaje.
En cuanto a la responsabilidad del hipódromo, la profesional informó que, de momento, no se lo considera involucrado en la investigación. “Ellos deberían hacer análisis de dopaje, como en todo deporte, aleatorios a algunos de los animales que participan, para verificar el juego limpio en la competencia”, dijo González.​

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