Your browser doesn’t support HTML5 audio
Carlos Ancapichun (76), conocido por la población de Villa La Angostura y por haber sido el cuidador de casa de la reina Máxima de los Países Bajos, lleva 21 días desaparecido.
Ancapichun fue visto por última vez el viernes 13 de junio después de cruzar a Chile, donde tenía previsto visitar un terreno en la zona de Puyehue. Desde esa fecha, no hay noticias suyas.
Durante más de 35 años ha trabajado en el Cumelén Country Club, en Villa La Angostura, para empresarios, presidentes y hasta para la familia real holandesa, incluida la reina Máxima, quien solía vacacionar en la zona.
“Él les preparaba la embarcación cuando ellos venían a Argentina y los llevaba a navegar”, recordó su nieto Mirko Ojeda Hidalgo.
Su ausencia ha activado cadenas de oración, rastrillajes frustrados y muchas dudas.
Búsqueda
La noticia de la desaparición no llegó por “Carlitos”, ni por su familia chilena. Fue Carabineros que al identificar la camioneta estacionada en el monte, llamó a su esposa, quien no tenía idea de lo que había ocurrido.
Ante el pedido desesperado de la mujer, la Asociación de Búsqueda y Rescate en Zonas Agrestes (BRZA) cruzó la frontera para colaborar.

Hasta 60 personas han participado en la búsqueda. Foto: Diario Río Negro
“Nos pidió su familia que viajemos para dar una mano. Y como Carlos trabaja también en el barrio Cumelén, también nos pidieron ayuda“, explicó Ricardo Has, jefe del cuerpo activo de la Asociación de Búsqueda y Rescate en Zonas Agrestes (BRZA) de Angostura.
Ocho integrantes de BRZA recorrieron el predio los primeros cinco días de búsqueda en tanto que el último fin de semana, fueron tres brigadistas. “En un principio, salíamos con un familiar de Carlos para que nos guíe, pero después decidimos hacerlo solos. Ya nos orientamos en el lugar. Nos topamos con grupos de búsqueda de Osorno y Frutillar, pero nos decían que no había mucho interés en el caso. Justo en esos días, había desaparecido una concejal y volcaron todos los recursos. Su esposa y sus hijas tienen la sensación que no se están moviendo lo suficiente para encontrarlo“, comentó.

Se realizaron varios rastrillajes en el sector que va desde el complejo de Aguas Calientes hasta el Centro de esquí Antillanca, en el Parque Nacional Puyehue.
“Llegamos a contar 60 personas y se rastrilló lo máximo que se pudo”.
RICARDO HAS, JEFE DEL CUERPO ACTIVO DE LA ASOCIACIÓN DE BÚSQUEDA Y RESCATE EN ZONAS AGRESTES
Has describió el lugar como “sumamente cerrado. Es selva valdiviana, muy húmedo. Un lugar virgen. Lo cierto es que hay muchos cañadones, cascadas, saltos grandes, zonas de mallines en las que te hundís. El campo tiene 700 hectáreas”. Sin embargo, advirtió que “Carlos nació y se crió ahí y su anhelo era hacer su casita ahí. Conocía muy bien el lugar”.
En el lugar también había referentes del Ejército y otras organizaciones de rescate. “En un momento, llegamos a contar 60 personas y se rastrilló lo máximo que se pudo. El campo es gigante. Pero insisto: él conocía bien el lugar”, remarcó.
Últimos rastros
Ancapichun cruzó la frontera por Cardenal Samoré el viernes 13 de junio. Primero, visitó a su hermanastro en Entrelagos. “Vive camino al Centro de esquí Antillanca, una zona de bosque frondoso, virgen. Estuvo dos horas con ellos y a las 16:30 dijo que visitaría un sector cercano donde pretendía construir para venir de forma esporádica al campo desde La Angostura“, contó su nieto, a Diario Río Negro.
Ancapichun se trasladó en su camioneta hasta un predio ubicado a 1,5 kilómetros de distancia de la casa de los familiares que había visitado. El lunes siguiente, Carabineros encontró su vehículo y a través de la patente, rastreó el nombre del propietario.

“Lo extraño es que la camioneta estaba cerrada. Estaban sus cosas, sus herramientas. Ni siquiera se cambió de ropa, como solía hacer, para entrar al bosque. Además, solía dejar escondida la llave de la camioneta en algún neumático por si se le extraviaba en el bosque. Tampoco estaba. De hecho, se metió al bosque con la misma ropa con que cruzó la Aduana“, observó su nieto, al tiempo que recalcó que el hombre estaba sano ya que recientemente, se había sometido a “varios estudios de salud”.
Además, mencionó que su abuelo no usa teléfono. “No nos avisó que venía. Pero él operaba de esa manera. Llegaba de sorpresa”, acotó.
Cuestionamientos
Si bien se realizaron rastrillajes por parte de la Policía de Investigaciones de Chile y la asociación BRZA, Ojeda cuestionó la ausencia del Estado en la investigación.
“Es un área de mucha complejidad por los arroyos, los pantanos, el bosque virgen, los quilantos muy extensos. No hay huellas ni senderos. Hay que ir abriendo camino“, describió Ojeda Hidalgo.
Hasta el sector se llevó un perro, pero en un momento el can perdió el rastro, lo que resultó aún más confuso.
“Debieron llevarlo el primer día. Hasta que la fiscal dio la orden pasó mucho tiempo y ya estaba todo contaminado. Hubo muchos días de lluvia y nieve”, consideró Ricardo Has.

“Encontrar a mi abuelo no es algo que le importe a las autoridades. Ahora, para buscar a una concejal, hicieron un despliegue de 300 personas. En este caso, necesitamos una búsqueda más técnica en acantilados, bajar a los cortes de los bosques”, apuntó.
Inicialmente, se pensaba que el hombre podría haberse extraviado en el bosque y no se descartaba que el frío le hubiera provocado la muerte. “A esta altura, después de haber buscado tanto, tenemos dudas de que haya terceros involucrados. Mi abuelo no está en el lugar. Es un adulto mayor y de haberse desorientado, estaría por ahí cerca. Su camioneta estaba a 150 metros del lugar a donde quería llegar”, expuso.
Además, se mostró sorprendido por las condiciones en que su abuelo decidió ingresar al bosque. “Ya eran las 16:30 y había tormenta. Era un día de lluvia. Lo extraño, además, es que nunca se despidió de sus familiares, pero ellos asumieron que no iba a volver. Mi abuelo les dijo que iba a ver el lugar donde pensaba construir y volvía. Y no hicieron nada. Hasta el lunes no lo buscaron. Ese fue el momento en que Carabineros encontró la camioneta”, precisó.
Un dato llamativo es que el padre de Ancapichun desapareció de la misma manera en 1950. El hombre salió del trabajo y apareció su caballo, pero nunca dieron con él. El hecho ocurrió en la misma zona de Chile.
Leé más notas de La Opinión Austral
Compartir esta noticia

