El segundo sábado de junio se celebra el Día Mundial del Gin en reconocimiento a una de las bebidas más famosas de la coctelería internacional que en los últimos años se convirtió en el protagonista indiscutido de las barras argentinas.
El consumo del gin tuvo un incremento sostenido en el país. La tendencia impulsó el desarrollo de variedades con sello nacional e instaló los productos argentinos -favoritos en los bares locales- en el mapa mundial de la coctelería.
El furor por esta bebida disparó la demanda. Entre 2017 y 2020, el consumo creció un 174% y durante el 2020 aumentó más de 55%, según un estudio de IWSR (International Wines and Spirits Report) realizado en la Argentina.
La versatilidad del gin es una de sus grandes cualidades ya que lo hace fácil de tomar y de combinar con otros ingredientes. Su carta de presentación más popular en el mundo: el Gin & Tonic, es un mix simple pero imbatible.
La fórmula por excelencia de este brebaje es sencilla de recordar: 70/30, 30% de gin y 70% de agua tónica dentro de un vaso con mucho hielo, ideal para pedirla en cualquier bar o convertirse en bartender ante los invitados en casa. Se puede presentar de la forma clásica, con una rodaja de limón, o probar diferentes alternativas, como una rodaja de lima, cáscara de naranja, cáscara de pomelo, incluso bayas de enebro, una rama de romero, granos de pimienta negra o nuez moscada.
El origen
La ginebra nació en el siglo XVI como una bebida medicinal en Holanda. El físico Francis Sylviius de la Boe experimentó con brebajes hasta dar con la fórmula final. Se dice que los soldados holandeses la utilizaban para entrar en calor y ganar coraje en el campo de batalla durante la guerra de los 30 años (1618-1648). En las trincheras la compartieron con los aliados ingleses, quienes fascinados por la bebida, se la llevaron con ellos al regresar a Londres.
Más tarde, Inglaterra prohibió el gin, lo que provocó una explosión de destilerías ilegales en todo el país. Durante este período, conocido como “Gin Craze”, uno de cada tres hogares ingleses producía esta pócima en bañeras y baldes, agregándole ácido sulfúrico, huesos para perros, y trementina para hacer rendir más el producto.
En 1689 el rey Guillermo III de Orange decidió prohibir la comercialización de destilados que no fueran británicos e impulsó la elaboración de ginebra londinense a gran escala.
Recién en 1895, el farmacéutico James Burrough, creó una receta magistral, logrando el característico sabor seco y con un alcohol más refinado, que se denominó formalmente London Dry Gin, estilo que en el presente continúa siendo el más elegido en todo el mundo. El Dr. Burrough fue el fundador de la marca Beefeater.
Gin tonic clásico
Receta por Victoria Etchaide, embajadora de Beefeater
Ingredientes
– Gin
– Tónica
– Rodaja de naranja
– Rodaja de limón
– Mucho hielo
Preparación:
Llenar un vaso o copón con mucho hielo, luego agregar 1 parte de gin y 3 de tónica. Decorar con una rodaja de naranja y otra de limón.
Gin Tonic con un twist
Receta por Bombay Sapphire
Ingredientes
– 50 ml. de Bombay Sapphire
– 150-200 ml. de agua tónica
– Gotas de jugo de limón
– Limón para decorar
Preparación:
Completar una copa globo con abundante hielo hasta enfriarla y eliminar el exceso de líquido. Ir incorporando los ingredientes y revolver.
Un twist: sobre el final, se puede agregar una cáscara de naranja, una hoja de menta, albahaca o alguna estrella de anís. Todos los ingredientes en su justa medida para no perder el balance entre sabores.
Dry Martini
Receta de Javier Capilla, bartender de Destilería Moretti
En un vaso mezclador lleno de hielo colocar 10 ml. de Vermut Dry, mezclar para que perfume todo el vaso y los hielos, descartar el líquido y servir 50 ml. de Moretti London Dry Gin. Volver a mezclar, pero esta vez para que tome el perfume del vermut y para enfriar, luego servir sólo el líquido sobre una copa cóctel (clásica de martini) previamente fría y decorar con dos aceitunas clavadas en un pincho.
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