Your browser doesn’t support HTML5 audio

Si bien hubo carreras compartidas entre argentinos y chilenos en la época de los Ford Modelo T en los años 50, la primera carrera que se compartió ente argentinos y chilenos con autos de gran cilindrada fue el “Gran Premio del Estrecho” y tuvo lugar en Enero de 1963, organizada por el Atlético Boxing Club quien cursó invitación a los pilotos de la ciudad de Punta Arenas (Chile) para que esta tuviera lugar, a través de la amistad que tenía el presidente albiverde, quien además era el dueño de este diario, Alberto Raúl Segovia.

La iniciativa corrió por cuenta de Segovia y la Comisión Directiva, quienes se pusieron en contacto con un gran dirigente de ese tiempo para el automovilismo magallánico como lo fue Mateo Karmelich, y a través de esa relación, se dió la gran posibilidad de compartir el automovilismo, lo que continuó con altibajos pero siempre vigente, incluso hasta el día de hoy, dado que este fin de semana la especialidad correrá en el “José Muñiz” de Río Gallegos.

en-PTA-TC5000-728x479
El autódromo de Cabo Negro en la ciudad de Punta Arenas con argentinos y chilenos en la largada

Cabe acotar que en aquel tiempo los autos contaban con impulsores de 4 mil centímetros cúbicos y preparación prácticamente libre, y luego en el tiempo y debido principalmente a razones de carácter económico, se comenzó a correr con motores de 5000 c.c. mas accesibles, dado que eran en los años 60/70 los que equipaban a los autos de calle, tal el caso de los vehículos importados al sur del Paralelo 42 como los Ford Fairlane, Ford Ranchero, los Ford Mercury , algunos Studebaker y los Chevrolet Bel Air, todos con motor de 8 cilindros.

Muniz-con-chileno-728x546
El galleguense José Muñiz y su Ford Mercury en duelo con un piloto chileno

Esta primera carrera y una segunda que se corrió al poco tiempo, dio lugar para que un grupo de entusiastas creara el Automóvil Club Río Gallegos, dando lugar a otra generación de fanáticos del mundo motor, pero el iniciador fue el Atlético Boxing Club a través de su presidente Segovia, un hecho poco conocido en ésta época, pero que forma parte de la historia del automovilismo deportivo regional.

 

Leé más notas de La Opinión Austral